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Judith Martinez: Uno de los mayores enemigos de la sexualidad es la ausencia de información

Recibimos en nuestros estudios a la psicóloga y sexóloga Judith Martinez, escritora del libro “Hablemos de Sexualidad en Familia” quien junto a Sebastián Liendo dialogaron sobre puntos vitales a tener en cuenta sobre la sexualidad y aquellos temas que muchas veces nos cuesta hablar en familia.

En una charla distendida y dinámica, Judith también enfatizó en el rol que debe tener la iglesia a la hora de hablar y tratar temas relacionados con la sexualidad y los problemas que derivan de una mala información sobre esta área.

La importancia de informarse y charlar sobre sexualidad

Sebastián Liendo: Me interesa mucho el título de “Hablemos de sexualidad en familia”, porque nos invita a un diálogo, a una charla. Nos indica algo que normalmente no pasa.

Y quiero hacer una cita tuya que dice: “De la concepción del ambiente, la familia es el ambiente diseñado por Dios para reproducir a sus hijos, nutrirlos y hacerlos madurar con un solo propósito, manifestarse Él mismo a través de nosotros”. A mí me parece una cita súper interesante como para plantear una base de ambiente, de diálogo. Y es un diálogo personal, familiar y también de iglesia.

Mi pregunta es ¿por qué crees que es necesario hablar de estos temas que no estamos hablando?

Judith Martinez: Mirá, la sexualidad ha tenido y sigue teniendo enemigos y uno de ellos es la ausencia de información. Otro enemigo son los errores en la información y otro son los mitos y los tabúes. Y lamentablemente también el legalismo. O sea, todo lo que le hacemos decir a Dios sobre la sexualidad que Dios no está diciendo también ha sido un enemigo de ella, y obviamente necesitamos entender la complejidad del tema para poder hablar de sexualidad en familia, y que no es simplemente algo reduccionista, que abarca únicamente la genitalidad o el acto sexual, ya que esto es lo que más pudor causa, haciendo que las personas empiecen como a titubear, ya que no saben cómo decirlo. 

Judith Martinez conversando sobre sexualidad

Es tan amplia y tan bella la sexualidad, porque realmente es un diseño de Dios y es perfecto. Es un diseño divino en donde las partes encajan perfectamente y no solo desde lo anatómico, sino también en el espíritu, en el alma. Entonces, estos temas tienen que ser abordados desde la familia, son como una semilla que el Señor nos da, este es un ambiente.

Yo pienso que la familia es un jardín, donde están mamá y papá. Después aparecen las semillas y van apareciendo los frutos. Vos al fruto lo tenés que cuidar, le tenés que dar los nutrientes que necesita. La sexualidad es parte inherente del ser humano, entonces habilitamos los espacios para poder acompañar algo que se va a dar de todas maneras, el desarrollo sexual se va a dar de todas formas. Entonces, que los papás, que las familias, que los abuelos que los tíos junto con los primos sepan de qué hablamos cuando hablamos de sexualidad, hace que estemos criando en el mismo mood, hablando en la misma frecuencia. Creo que eso habilita en este tiempo, porque estamos hablando de tiempos horribles, de tiempos feos, oscuros, en donde la sexualidad se emancipó del ser humano.

O sea, la plenitud sexual se extiende como otra cosa que la persona, como si alguien pudiera tener una vida sexual separada de su identidad, entonces necesitamos traerla a este ambiente, sobre todo porque es diseño de Dios. 

Esto no es una idea evolutiva, es un diseño integral y justamente es para la preservación de las generaciones, de los genes eternos. Ya estamos un poco atrasados en algunas cosas, pero ahora es como si estuviéramos tratando de adelantar y redimir los tiempos que hemos perdido, porque nos hemos distraído y esto tengo que decirlo con dolor: Hay temas en los que perdimos el tiempo y en ellos, otras voces primerearon y se establecieron. Por eso, tenemos niños y adolescentes muy confundidos al respecto y padres dudando si es pertinente, si no, si es bueno o malo.

La Pornografía

SL: Quisiera preguntarte sobre la pornografía, que es un monstruo acechando a los jóvenes de la iglesia de una manera tremenda. Si vos hoy en día buscas en YouTube las prédicas más vistas de los últimos dos o tres años, de los diez más vistas hay seis o siete que son sobre cómo ser libre de la pornografía, pero normalmente es algo que no se entiende.

Vos en el libro lo explicas muy bien e invito a toda la gente a leerlo con entendimiento, en el sentido de frenar y poder releer y repensar todo lo que genera también en la vida física, no solamente espiritual, sino física para tu vida, para tus pensamientos, para tu físico, después para tu familia, a tus decisiones, a la misma sexualidad con tu pareja. 

JM: Mirá, suelo ponerlo en otro contexto más amplio. Es un problema no solo de los jóvenes, ahora también es de la infancia y de los adultos, porque al día de hoy hay adultos metidos en la pornografía. Hoy veo hombres y mujeres que consumen pornografía y lo reducen diciendo: “vamos a orar y seremos libres de la pornografía”.

Sebastián Liendo conversando con Judith Martinez

Cuando algo se convierte en una adicción, hay que tratarla como tal. Y para que alguien caiga en la adicción de la pornografía hay una necesidad emocional legítima insatisfecha, hay un trauma, hay una angustia o un vacío existencial. Entonces nosotros con mi esposo, quién también es sexólogo, siempre hablamos de que el problema no es el consumo de pornografía, porque podemos estar en abstinencia y hacer redes de oración, pero si nosotros no vamos a esa base, capaz que un día dejo de consumir pornografía, pero empiezo a tomar alcohol o consumir otra sustancia, porque no estamos tratando el tema de fondo. 

Ahora, la pornografía propiamente dicha, es como vos decís, afecta el cuerpo. Hoy la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana la considera como uno de los factores que más propician la disfunción sexual en la sexualidad adulta.

Eso está comprobado científicamente, o sea, con cualquier disfunción, tanto en hombres como en mujeres, bajo deseo sexual e impotencia. Pero no quiero meterme en ese tema. Volviendo a la pornografía, por otro lado, empobrece la calidad de las relaciones, porque la persona empieza a opacarse, a meterse en un mundo oscuro, y a necesitar cada vez más de esa realidad virtual que le genera claramente una satisfacción absolutamente momentánea.

Pero en la misma medida que produce satisfacción, genera angustia. Entonces vemos que es el mismo gancho que te hace volver a consumir cocaína. Entonces no seamos reduccionista si alguien está batallando y luchando contra esto. Te vuelvo a decir, los niños por ahí podrían salir más rápido, pero si es una persona adulta con años de consumo, necesitamos ir a ver qué pasó, qué está pasando con esta persona; y si es un adolescente, si hay un ámbito de confianza, libertad, fe y confiabilidad que lo pueda decir.

Sin embargo, muchas veces nos encontramos con padres que también están consumiendo pornografía. Entonces es un ciego hablando a  otro ciego, y se complica. Entonces, en algunos casos ha sido bellísimo saber que el papá o la mamá se pone a laburar su adicción y créeme que eso libera.

La pornografía no es un mal juvenil, porque algunos jóvenes creen que cuando se casan eso no les va volver a pasar.

No, eso es una fantasía, un mito. Además, esto no ocurre solo en hombres. Perdón, quiero decirlo, porque temo el sesgo del género. Hay muchas mujeres consumiendo pornografía también.

Sebastián Liendo y Judith Martinez conversando en nuestro estudio.
Redacción
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