mail

Suscribite a nuestro boletín

Jesús no espera perfección, espera rendición

Una de las maravillas de la Biblia es su capacidad de mostrarnos con transparencia la fragilidad humana. No encontramos en sus páginas a héroes perfectos ni a personajes intachables, sino a hombres y mujeres con dudas, miedos y errores, a los que Dios decidió llamar. Eso la hace profundamente cercana a nuestra realidad, porque muchos también nos hemos sentido indignos o incapaces, y sin embargo, es justo ahí donde la voz de Cristo resuena para decirnos: “Sígueme”.

La historia de Pedro es un ejemplo claro de esta verdad. Un pescador común, cansado de largas noches de trabajo sin resultado, se encontró con un maestro que le pidió algo aparentemente ilógico: “Echa la red una vez más”. Pedro obedeció, el milagro ocurrió y Jesús le develó el llamado al instante de que se iba a convertir en “pescador de hombres».

Aquí vemos como Jesús no buscó a Pedro en un momento de triunfo espiritual. Lo llamó en medio de su cansancio, frustración e incertidumbre económica. Allí, cuando Pedro no tenía nada que ofrecer, Jesús se subió a su barca. Esa es la manera en que Dios actúa: entra en nuestra vida sin pedirnos perfección previa. No espera a que estemos en nuestro mejor momento, sino que nos encuentra justo en medio del vacío cuando más necesitamos propósito. El relato bíblico nos recuerda que Él no busca a los más “calificados”, sino a los disponibles. Pedro era un galileo sencillo, despreciado por los líderes religiosos de su época, y sin embargo, fue escogido por Jesús para liderar la iglesia primitiva.

El milagro de la pesca fue fruto de un acto de obediencia sin lógica. Pedro había fracasado en el trabajo toda la noche y aun así, decidió confiar en la palabra de Jesús. Obedecer a Dios no siempre tendrá sentido para la razón humana, pero cuando lo hacemos, su poder se manifiesta en formas que superan cualquier expectativa.

También Pedro, como sabemos, prometió fidelidad absoluta, pero en la hora más oscura negó a su Maestro tres veces. El dolor de esa traición lo llevó a lágrimas amargas y a la tentación de regresar a su antigua vida como pescador. ¿Cuántas veces nos sentimos igual? Tras un error pensamos que ya no servimos para Dios o que nuestro lugar en su plan se ha perdido completamente. Sin embargo, también en contra de toda expectativa, el Jesús resucitado volvió a buscar a Pedro junto al mar de Galilea. Se trataba de la misma escena donde todo había comenzado. Una vez más, Pedro pasó la noche sin pescar nada, y una vez más, Jesús lo sorprendió con una red llena. Pero esta vez, el milagro no era la pesca, sino la restauración del corazón tras un desayuno preparado por el mismo Jesús. Ahí hubo tres oportunidades donde, siendo confrontado en amor, Pedro entendió que su llamado seguía vigente.

Años después, Pedro sería la voz que proclamaría el evangelio a multitudes, el líder de una iglesia perseguida y el testigo valiente que daría su vida por Cristo. Esta es la esencia del evangelio: Dios no descarta a los que fallan, sino que los restaura para usarlos con mayor poder.

Hoy en día, la invitación de Jesús sigue siendo la misma: “Sígueme”. Él nos llama en medio de nuestras debilidades, cansancio y fracasos, recordándonos que su poder se perfecciona en nuestra fragilidad. Así como Pedro fue restaurado tras negarlo, también nosotros podemos ser levantados por su gracia. Jesús no nos señala por lo que hicimos mal, sino que nos recuerda quiénes somos en Él y el propósito eterno que tiene para nuestra vida. La historia de Pedro refleja la nuestra: Dios llama a los frágiles, restaura a los caídos y transforma corazones dispuestos. Seguir a Cristo no es un camino hacia la perfección humana, sino hacia una vida renovada por su amor y usada para Su gloria, ¡ten ánimo, Jesús te capacita!

Marta Durán
Marta Durán
Nació en Cádiz, en un pequeño pueblo del sur de España. Licenciada en Periodismo y Márketing Digital, su gran pasión siempre ha estado entre sus manos desde temprana edad: observar el mundo desde tras la cámara. Ahora, su corazón arde por exaltar a Jesús en sus diferentes formas de expresión de arte y que su nombre sea afamado.

Otras

CRISTIANAS

hola
Enviar Whatsapp
error: Gracias por interesarte en las publicaciones de La Corriente, para su uso o difusión, por favor escribirnos a [email protected]