“Amo a mi familia, cocinar y que todas las personas a mi alrededor sepan lo valiosas que son”, así es como Gisela Rossitto se presenta en su cuenta de Instagram y esos mismos principios son los que transmitió al hablar en una entrevista con La Corriente, en la que nos contó que en su paso por la carpa más dulce fue clave reconocer la vida del Espíritu Santo actuando y cómo vio a Dios impactar en la vida de sus compañeros y en el jurado.

LC: ¿Qué es lo que más rescatas, como hija de Dios, de haber participado en Bake Off?

G.R.: Que pude ver a Dios acompañándome, veo cuán bueno es Él conmigo y cómo hace los sueños realidad. Esto es lo que rescato de cada situación que vivo, no solo en el paso por el programa. Amé participar en Bake Off y conocer a la gente que conocí. Fue una experiencia única y maravillosa.

LC: ¿Qué tan cierto es que es «difícil» ser cristiano en el ambiente de los medios? 

G.R.: Yo creo que no tiene que ser difícil ser uno mismo. Creo que por mucho tiempo sacamos la responsabilidad que tenemos, para afuera, como que proyectamos nuestros miedos e inseguridades en los demás.

No es difícil porque sean “no cristianos” o porque estamos rodeados de gente conocida públicamente, sino porque nosotros tenemos preconceptos con los que luchamos para dejar realmente que el Espíritu Santo pueda hacer a través de nosotros lo que Él mejor sabe hacer: amar a las personas, consolarlas, traer convicción, etc.

Si tenemos entendimiento de lo que portamos, vamos a valorar el poder que cargamos: tenemos al Espíritu Santo en nosotros y no hay nada más poderoso que eso, a donde vamos la luz se enciende y la oscuridad se disipa.

LC: ¿Pudiste predicar el evangelio durante o después del programa? 

G.R: Somos cartas abiertas, las personas que nos rodean pueden leer lo que cargamos. Tuve momentos muy lindos con mis compañeros, en los cuales Dios les dijo cuán amados y valiosos son, recordándoles su verdadera identidad. 

La verdad es que amo cuando las personas pueden abrazar la verdad de lo que Dios dice de ellos, eso hace que recuerde una vez más lo que Él dice de mí, porque Dios no hace acepción de personas, así que como los ve a ellos, me ve a mí. Y verlo en mis compañeros fue algo hermoso.

LC: ¿Crees que se puede impactar con el evangelio en un medio televisivo y en un programa tan visto como Bake Off? ¿Cómo se debería hacer? 

G.R.: ¡Obvio! Solo hay que meterse, animarse a entrar, lidiar con las cámaras (risas). Creo que Dios puede e impacta cada vida que lo conoce y nosotros tenemos ese hermoso privilegio, de que impacte a través de nuestra vida, de ser nosotros instrumentos de justicia. No podemos condicionar a Dios a un lugar. No es en los medios únicamente, ¡es en todo lugar donde nos movemos!

LC: ¿Viste al Señor obrando en algo a través de ti durante tu paso por la carpa? ¿En qué?

G.R.: Vi a Dios reafirmando identidad, recordándoles lo amados que son, cuánto valen sus vidas y también a una persona siendo sanada de un dolor en el tobillo. Sé que muchas cosas quizá ni las pueda ver yo, porque va más allá de mí. No es porque estuve yo ahí, es porque estuvo Papá amando, reconciliando y abrazando.

LC: Estuviste desde adentro y en primera persona viviendo una experiencia singular, ¿qué consejo le darías a quienes están leyendo y quieren entrar al medio? 

G.R.: Mi experiencia fue realmente hermosa, pero creo que deberíamos replantearnos para qué queremos entrar en los medios. En mi caso no quería “entrar en los medios”, ser conocida ni nada de eso. Quería conocer a Damián Betular, a Dolli Irigoyen, a Pamela Villar, aprender de ellos, y sabía que era una oportunidad única para que eso pasara.

Igual sabía que con el alcance que tiene este programa, obviamente no iba a pasar desapercibida, así que mi oración al entrar era que si yo era el único acercamiento que tuvieran mis compañeros hacia Jesús, que pudieran verlo en todo. Y sé que Papá abrazó y amó a las personas a través de mí ahí adentro. Por eso remarco el tema de “lo que nos motiva”. 

Si lo que nos motiva es ser famosos, eso en dos segundos puede acabarse, pero si lo que nos motiva es que las personas puedan conocer a Jesús, el consejo que puedo dar es que antes de entrar en los medios, puedan darlo a conocer todos los días con los más cercanos, la familia, personas con las que suelen compartir, compañeros del trabajo, porque de nada importa entrar en un lugar para lograr algo, si en la cotidianidad no está sucediendo.

LC: En varios portales te titularon como la pastelera más dulce, ¿a qué crees que se debe?

G.R: Lo leí varias veces y en las devoluciones me lo han dicho los jueces. La verdad es que yo siempre fui yo (risas). Si lograron ver a Dios en mí, eso me hace más que feliz y estoy agradecida de que Dios haya podido ser visto a través de mí. ¡Es por lo cual todos los días como familia oramos y caminamos!

LC: ¿Proyectas seguir con la pastelería?

G.R: ¡Sí! Estoy súper emocionada por todo lo que va a venir. Estoy grabando unos videos de recetas para YouTube muy hermosos, hechos súper profesionalmente. Así que la idea por ahora es grabar varios videos de recetas para diferentes ocasiones. Y espero pronto tener algún lugar propio para poder producir y vender. 
Hay conversaciones que nutren, como dice el proverbio “Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos”, y así es hablar con Gisela, porque ella inspira constantemente a reconocer al Espíritu Santo y su poder actuando a través de nosotros.

Nació en Río Cuarto. Vive en la ciudad de Córdoba desde hace 10 años y allí ha participado como oyente y disertante en jornadas de capacitación y ministración para jóvenes y adultos. Tiene pasión por comunicar y estar entre los jóvenes. Ha participado como co-conductora en programas de radio y como conductora de eventos. Convencida de que la verdad es lo único digno de comunicar, es lo que la motiva a usar los medios de comunicación y redes sociales para transmitir la buena noticia.