Estar viva no es sinónimo de vivir. Estar viva podría pensarse como un hecho pasivo, en el que existimos porque alguien más decidió que naciéramos, mientras que vivir requiere de una acción protagónica y activa de quien decide vivir. 

“Desearía haber pasado más tiempo valorándolo todo cuando sucedía, en vez de haber estado preocupada por cuándo acabaría”. Esta frase que escuché me llevó, una vez más, a reflexionar sobre la diferencia entre estar viva y vivir, y la urgencia de cambiar nuestro chip de ser necesario. 

“Vivir es estar conscientemente presente del aquí y ahora, es decir, con los pies, la mente y el corazón en disfrutar de la realidad que nos rodea”.

Es propio del ser humano sentir nostalgia por algo que terminó y dolor prematuro por el temor a que algo termine. ¿Pero qué sucede con el hoy? En la línea del tiempo de la vida, ¿cuántos días pasas pensando en lo que fue, en lo que pudo haber sido, y en lo que no será?

Si hoy vivieras más intencionalmente, mañana no sentirías nostalgia del ayer, sino que lo recordarías con alegría mientras vives tu nueva etapa de vida. Algunos sucesos de la vida son “diseñables” y otros simplemente suceden sin nuestro permiso.

Por lo general, es esa inevitabilidad de la vida la que ancla las emociones más profundas y sentidas en nuestro corazón. Pero, los sucesos “diseñables”, aquellos por los que trabajamos duro para construir, son los que requieren de una decisión de nuestra parte sobre cómo los transitaremos.

Si vemos a la vida como una carrera de consecución de metas y acumulación de objetos materiales, entonces no disfrutaremos de los pequeños detalles que aparecerán en el camino. Si le damos valor a la vida por su vínculo con el otro (lo que somos para otro, lo que otros dicen de nosotras, cuánto otros nos necesitan o cuánto hacemos por otros), nuestro disfrute dependerá del reconocimiento que recibamos.

Si vemos a la vida como un viaje que surge gratuitamente, por el que no pagamos nada a cambio (al contrario, por el que alguien pagó un gran precio por nosotras) disfrutaremos cada detalle que encontremos en el recorrido. Imagínate estar vacacionando en un All Inclusive por el que no hayas pagado nada y en el que tienes todos los servicios incluidos a tu disposición las 24hrs. del día, ¿no aprovecharías cada segundo al máximo y disfrutarías de ese regalo inmenso? 

Te animo a que veas tu vida de la misma manera: como un regalo inmerecido que te hace el Creador del mundo, quien te da la responsabilidad y privilegio de administrar cada aliento de vida que tienes, y de disfrutar de eso. Él pone su Ser trino frente a todos tus sentidos para que disfrutes de ser quién eres, es decir, una obra maestra hecha a la imagen y semejanza del Dios creador.

“Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa”. Romanos 1:20

Tú eres un reflejo de las cualidades invisibles de Dios al igual que todo lo que te rodea. Abre tus ojos físicos y espirituales para percibir el amor de Dios a través de su creación, en otras palabras, presta especial atención a la naturaleza, personas, expresiones artísticas, silencios, momentos, lugares y aromas que te llevarán a vivir con un corazón agradecido y en constante asombro.

 “Pues, ¿qué gana el hombre con todos sus esfuerzos y con tanto preocuparse y afanarse bajo el sol? Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y también esto es absurdo! Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios, porque ¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios?  Eclesiastés 2:22-25 NVI.

Si Dios mismo prepara la mesa para que disfrutes de su regalo, ¿qué esperas para agradecer cada momento de tu hoy, disfrutarlo como si fuese lo mejor que te pasará, y decidirte a vivir? Vivir no solo hará que tu día florezca, sino que generarás un efecto dominó en quienes te rodean.

¿Cuánto anhelamos pasar tiempo con personas que son agradecidas, alegres y sencillas? Seamos nosotras esas personas que no demandan ni manipulan, sino que viven plenamente, con corazones agradecidos, en actitud de servicio constante, e inspiran a otros a hacerlo también.

28 años.Casada con Nicolás Vilaseca con quién son padres de Ian. Traductora Pública de Inglés, trabajó como docente y hoy se desempeña como Project Manager en una empresa de interpretación remota. Autora del libro Dormancia y, por sobre todo eso, ama a Jesús con todo lo que es.