Si dejas tus temores en las manos de Jesús tu vida cambiará por completo
Hemos visto muchos testimonios con Jesús, ahora quiero comentarte el mío. Siempre comienza porque Dios mueve su mano sobre nuestra vida y el mío comenzó cuando llego a una Campaña a los 35 años.
Recuerdo que me había comentado mi papá que, en una reunión evangelística, una mujer se había manifestado, se revolcaba y gritaba que había que quemar las Biblias. Mis padres en esa época iban a una iglesia de los Hermanos Libres.
Me llamó tanto la atención esta situación que le dije a María, mi esposa, de la posibilidad de ir a una Campaña. Nos organizamos y fuimos hasta San Justo, zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Llegamos a una sociedad de fomento en donde se realizaba la campaña. Había música y gente cantando al Señor, el lugar estaba lleno, no había espacio para sentarse. Nosotros, con mi esposa, mis hijitos y mi abuela, estábamos en el fondo parados.
El Señor le habló a mi corazón
Esto ocurrió en el año 1979, el audio antiguo era a válvulas, había mucha gente y se escuchaba muy pesadamente, se escuchaba muy mal, pero escuché, en medio de toda esta situación, una voz que hablaba a mi corazón: “Carlos lleno de temores: temor a la vida, temor a la muerte, temor a perder tus bienes, temor por tus hijos, temor por la enfermedad”. Escuchaba en mi corazón un montón de cosas relacionado con los miedos que tenía de la propia vida.
Cuando escuchaba esto me sorprendí pensando en el interior de mi corazón. Mientras reflexionaba todo esto, el Señor hablo a mí corazón y me dijo: “Entrégame tu corazón, tu vida, tu casa, tus bienes, tus futuros, tus hijos, ¡no temas Carlos!!”.
Justo en ese momento yo estaba conmovido. Escuchaba al predicador y también miraba a mi alrededor y comencé a llorar. Mientras ocurría esto el predicador preguntó: “¿Cuántos en esta noche quieren recibir a Jesús en su corazón?”.
Miré a mi esposa, mientras lloraba. Le toqué el hombro a María y le pregunté si quería recibir a Jesús junto conmigo. Ella, levantando su mirada, también con lágrimas en sus ojos me respondió que sí. Entonces, puestos de pie entregamos esa noche nuestro corazón a Jesús para siempre.
La Biblia nos dice en 1 Juan 4:17,18: “… En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor…”.
Por ello en este día quiero invitarte para que también puedas conocer a Jesús. Él ha mirado tus lágrimas, tu dolor. Él ha mirado tus miedos, tus temores, tus inseguridades, solo espera que le entregues tu corazón y tu vida cambiará por completo. Tómate de la mano de amor de Jesús hoy y para siempre, y tu vida será bendecida por Él.