El UPD es un evento donde los estudiantes próximos a finalizar el secundario festejan el último primer día de clases.
Generalmente, en el UPD, los adolescentes proponen una serie de actividades en las que aparecen situaciones de riesgo, como por ejemplo, consumo de alcohol y otras sustancias.
¿Qué podemos hacer desde el liderazgo de la iglesia para acompañar a los adolescentes de cara al UPD?
- Entender cuál es la dinámica de este evento.
- Informar a los adolescentes de los riesgos que hay en el consumo.
- Acompañar a los adolescentes de cara a la propuesta.
- Proponer una actividad que tenga como centro los valores y principios cristianos.
¿Cuál es la dinámica del UPD?
En la mayoría de los casos, el UPD se lleva a cabo la noche anterior al último primer día de clases. Esta celebración, usualmente, comienza en alguna vivienda o local y luego puede trasladarse a espacios públicos como plazas, parques o las propias instalaciones de los establecimientos educativos.
Muchas veces los adolescentes de nuestras comunidades deciden no participar, por los riesgos aparejados a este tipo de eventos. Sin embargo, esta puede ser una buena ocasión para que como líderes y pastores de las nuevas generaciones organicemos en nuestras agendas locales propuestas que den lugar a celebrar este evento de una manera diferente y con un enfoque educativo y evangelístico.
¿Por qué el consumo de alcohol y otras sustancias creció en el UPD?
El sistema de consumos se encargó de ofertar al punto de generar una baja percepción del riesgo frente a los consumos y un alto grado de naturalización, llegando a confundir al alcohol y otras sustancias como una puerta a la diversión.
¿Qué es lo que realmente pasa entre adolescentes frente al consumo de alcohol y otras sustancias?
Exponen a los jóvenes a un alto grado de vulnerabilidad y aumentan los riesgos de ejercer y/o padecer acciones violentas. También es uno de los principales factores que provocan siniestros viales.
¿Qué deberíamos hacer como líderes?
Además de hablar sobre las consecuencias físicas y sociales del consumo excesivo de alcohol, es fundamental proponer actividades que alienten a vivir el último primer día de forma saludable y desarrollando prácticas de autocuidado.
¿Por qué es tan importante el UPD entre los adolescentes?
Recordemos que la etapa de la adolescencia presenta una fuerte necesidad de pertenencia. La identificación con el otro es parte de la construcción de su personalidad y autoestima. Por eso, resulta clave que como líderes y pastores pensemos en este evento como una oportunidad para fortalecer los lazos de comunidad con vínculos saludables.
¿Qué es el UPD para la Iglesia?
Debemos verlo como un desafío que no debemos desaprovechar. Iniciar el año con una propuesta que abrace esta necesidad es una gran oportunidad para que los estudiantes del último año del secundario encuentren una estrategia para comenzar el ciclo con un gran paso para dar a conocer sus valores, principios y el verdadero motivo de ese caminar, y así vivir bajo la convicción de que Jesús quiere que desarrollemos madurez y alcancemos la vida adulta.
¿Qué pensará Jesús del Último Primer Día?
Creo que Jesús no se la perdería, no dejaría pasar esta oportunidad para mostrarle a los adolescentes que están terminando una etapa maravillosa y que no tenemos que dejar que el consumo, los excesos o el libertinaje lo arruinen.
Por el contrario, sin dudas que Jesús buscaría la forma de transformar este escenario en una oportunidad para mirar al horizonte y descubrir un norte iluminado por Su luz admirable.
Sin dudas, ese día puede transformarse en un día inolvidable para un adolescente y el no tener un espacio por no haber estado ahí para acompañar con contención, liderazgo y una propuesta madura.
¿En qué deberíamos quedarnos pensando?
En que, lejos de prohibirlo o demonizarlo, debemos liderarlo y orientarlo a un día inolvidable, donde abunde el amor verdadero y la diversión sana.
El abordaje del UPD puede trabajarse como parte de la agenda de la pastoral de los estudiantes. A su vez, debemos abrir el tema en los hogares, es decir, generar instancias de diálogo donde podamos capacitar a los padres y referentes afectivos de cara a este tipo de actividades.
Podemos hacer del UPD una oportunidad para que otros adolescentes conozcan a Jesús y encuentren en la puerta a la vida adulta al único y verdadero modelo a seguir.
¿Qué podemos proponer?
Generemos espacios de escucha donde los adolescentes puedan expresar sus deseos, inquietudes, temores y propuestas de cara al UPD.
Trabajemos junto a los adolescentes en la construcción de un evento que tenga como objetivo festejar el UPD, en el que puedan invitar a sus amigos y darles a conocer no solo su estilo de vida, sino a quien le da sentido a ese estilo, que es Jesús.