El acostumbrarnos a una vida de iglesia, actividades, servicio y ministerio, a veces hace que nos olvidemos del verdadero milagro que fue en la cruz.
La iglesia no es la culpable, sino nuestro corazón, que se acostumbra a algo que no debería. Ese hábito trae apatía, falta de búsqueda y hambre por la presencia de Cristo.
Hoy quiero hablarte de tres acciones de Jesús en la cruz que pueden despertar en vos hambre y deseo por Su presencia.
Jesús se hizo pecado para hacernos justos
«Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.» – 2 Corintios 5:21
Un Dios santo, íntegro y perfecto se hizo pecado para cargar con toda nuestra miseria. El fruto del precio pagado por Cristo es que, siendo Él justo y perfecto, nos hace justos a nosotros.
“Jesús te dio libertad de todas tus prisiones espirituales”
¿Por qué seguir prisioneros de nuestras faltas y errores? “No existe pecado que pueda atentar tu relación con Cristo” porque Jesús lo cargó en la cruz. Muchas veces, nos creemos las mentiras de Satanás y las convertimos en verdades en nuestro corazón.
“No seas prisionero cuando Dios te creó como hijo”
Jesús se hizo pobre para hacernos ricos
«Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.» – 2 Corintios 8:9
Cristo, dueño de toda riqueza, lo dejó todo por amor a tu vida. La cruz te conecta con el amor de Dios, el milagro que necesitás en tu vida emocional y sentimental. Su amor sana las heridas más profundas, incluso las que nunca hablamos con nadie.
“Su amor restaura lo que el enemigo destruyó”
Filipenses 4:19 dice: “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.”
“Dios te da lo que necesitas en el tiempo correcto”
Darío Tonetto
Cristo se hizo pobre para que no te falte nada y puedas vivir en la plenitud de Su plan, que incluye una riqueza espiritual, emocional, mental y sentimental.
“No vivas una parte del plan, viví el plan completo”
Jesús se hizo maldición para convertirnos en bendición
«Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: ‘Maldito todo el que es colgado de un madero.’» – Gálatas 3:13
“En tu vida no existe maldición que tenga poder, porque Cristo la venció en la cruz”
Jesús se hizo maldición para que hoy podamos vivir en Su bendición. Al poner en balanza estas verdades, surge la pregunta: ¿Hace cuánto no escuchás Su voz? ¿No disfrutás de Su presencia?
Es tiempo de correr a Dios y disfrutar el milagro de la cruz. Que tu corazón arda en Su presencia, que tus pecados sean quemados y tus heridas sanadas en Su amor.
Empezá hoy a disfrutar del milagro de la cruz.