El handball se volvió en los últimos años uno de los deportes más practicados en el país. Cada día surgen nuevos deportistas que engrandecen esta actividad y hacen que Argentina brinde grandes representantes por todo el mundo. Algunos incluso dando sus primeros pasos en su carrera deportiva junto con Dios, utilizando el deporte como un canal para transmitir la Palabra. Este es el caso de Tamar Rivas quien, con tan solo 18 años, se destaca en esta disciplina y comentó: “Agradezco a Dios por darme la capacidad para jugar”.
Tamar es de Paso de los Libres, Provincia de Corrientes, arrancó a los 7 años a practicar básquet, pero a los 12 conoció y se quedó con el handball, actualmente juega de base en el club local “Hand Libres”, donde también es la capitana del equipo. Además, nos contó cómo fue el comienzo de todo: “El camino del deporte no es fácil, es muy disciplinado, hay que dejar de hacer cosas y empezar otras nuevas. Tuve muchas etapas y lesiones graves que de no ser por Dios no hubiese salido, mi mamá y papá siempre me decían que ore y que siempre esté sujeta a Él, es increíble como estos simples pasos me sacaron adelante”.
El impacto de Dios llegó muy temprano a la vida de Rivas: “Nací en una familia cristiana, siempre permanecí en el camino, porque sé lo que es estar con Jesús, aunque siempre tuve la opción de dejar de ir a la iglesia, ya que siempre fui libre de elegir, aún así estoy y permanezco”. Además agregó: “Si Messi, siendo el mejor del mundo, dijo que Dios le dio el don de jugar así y que él no hizo nada, ¿por qué no me lo iba a dar a mí?”.
La joven nos comentó que jugó por dos años en Brasil. “Al vivir en la frontera, es muy común estar en contacto con brasileños, un día vino un equipo a jugar a Paso de los Libres, me vieron jugar y les encantó. Cuando terminó el partido, la representante del otro equipo se acercó a mis papás diciendo que querían hablar conmigo, y al día siguiente, la entrenadora del equipo vino diciendo que quería que vaya a jugar allá”. Además agregó: “La experiencia fue increíble, el nivel de profesionalismo y todo lo que viene con eso, es tremendo como el pasar un puente puede cambiar tantas cosas, fuimos a jugar a muchos lugares ganando muchas cosas también”.
La base de Hand Libres nos relató cómo fue el ver a Dios en medio de las lesiones y los momentos complicados: “Fue muy difícil, porque no todo era color de rosa en el deporte, a mí siempre me costó el deporte, por muchas cosas, siempre tener responsabilidades de más, me estresaba mucho.
«Entendí que cuando me alejaba de Dios o lo tenía en segundo plano, me pasaban estas cosas, pero eran para que pueda buscar más de él en estos momentos”
“Las lesiones se dieron en momentos claves, donde me preguntaba “¿Por qué me pasaban estas cosas justo ahora?”, pero creo que también fue un mensaje de Jesús para que me pueda acercar a él, muchas veces estoy en negación diciendo “Pero cómo lo voy a buscar ahora si no lo busqué”. Pero Dios manda las pruebas para que lo busquemos a él”. Además agregó: “Siempre digo que si yo no tuviese a Dios, no sé cómo sería como deportista o como persona en el día a día, y todo lo que tengo es gracias a Dios, aunque la gente diga que juego yo, Dios me dio este don para que juegue y predique”.
Tamar nos contó que pudo ver a Dios en la arenga previa a un partido. “Hace un mes, tuvimos que disputar un torneo y una chica me pidió que ore y antes de cada partido oramos, lo increíble de todo esto es que ninguna de mis compañeras es creyente, y aun así todas cerraban los ojos, y agradecían, sabiendo que todo sacrificio da frutos y que Jesús está ahí”.
El propósito de Dios en la vida de Rivas, compartir la palabra de Jesús, fue interesante, ya que “No sabía que Dios tenía esto para mí, como las iglesias nunca hablan de los deportistas ni nada, no pensé que ese campo podía ayuda para llevar la Palabra, hasta que me di cuenta que sí”.
En medio de la pandemia, la deportista de 18 años comentó que pudo ver a Jesús. “Creo que en todo momento Jesús te está hablando o te quiere decir algo, algo que yo entendí es que viva el día a día. Antes de la pandemia, estaba pensando solo en Buenos Aires y que me quería ir, y esto me hizo darme cuenta de que todo puede cambiar y todo es con sus tiempos, lo vi diciéndome “Espera, que todo tiene su tiempo”.
El futuro de Tamar está decidido. “Después de manejar opciones e interesarme por el deporte en Buenos Aires, si Dios quiere, el año que viene estaré jugando en Ferrocarril Oeste, en la localidad de Caballito”.
Con estos cambios a futuro que la joven tiene planeados, tuvo un apoyo familiar fundamental: “Dejaría a mi familia en Corrientes, para ir a Buenos Aires, ya que igualmente mis papás siempre me impulsaron a salir de la provincia y eso agradezco mucho”.
Tamar Rivas, la joven que muy pronto veremos en las canchas de Buenos Aires, jugando como Dios la hace jugar, dejó un mensaje para todos aquellos chicos y chicas que les gustaría practicar algún deporte de parte de Dios: “Que tengan paciencia, que todo va a su tiempo, que se esfuercen mucho, Dios los va a llevar a lugares altos pero es necesario que Dios vaya con ellos, por más que piensen ‘¿Por qué los que no conocen a Dios tienen tantas cosas y yo que lo tengo se me hace tan difícil?’, cada proceso y cada deportista es un mundo, siempre vayan con Dios y no lo suelten nunca”.