Desde chico me gustaron los aviones. De adolescente, estando en el colegio, recuerdo que lo más cerca que podía estar de los aviones era comprando revistas de aviación. Un hobbie que al día de hoy sostengo.

Esto hizo que mi fanatismo por los aviones creciera de tal manera que, al terminar mis estudios secundarios, decidí estudiar la carrera de administración aeronáutica y la carrera de piloto en simultáneo. Sin dudas, un tiempo de mucha preparación y mucho esfuerzo, donde aprendí muchos principios que considero claves no sólo para un piloto, sino que para la vida de cualquier persona. Hoy quiero hablarte de uno de ellos.

En la aviación existe una característica única respecto a otros medios de transporte que hace que sea el medio de transporte más seguro del mundo, el doble comando. Esto no es casualidad, sino que tiene tres propósitos bien definidos: el primero de ellos va en cuestión de materia de seguridad.

El doble comando nos permite evitar cadenas de errores. Es decir, al ser dos los pilotos, en caso de que alguno esté haciendo algo mal o se le haya pasado por alto algún procedimiento, pueden corregirse mutuamente para no cometer errores y que esos errores traigan más errores.

Para verlo de un modo más simple, es como cuando uno comienza a abrocharse una camisa y cuando llega al último botón se da cuenta de que tiene todos los botones mal abrochados porque el primero de ellos fue mal abrochado.

El segundo motivo por el cual el avión tiene doble comando es el entrenamiento. Desde el momento en que uno decide estudiar y prepararse para ser piloto depende de un instructor de vuelo. Esto nos brinda la capacidad de estar uno al lado del otro, piloto y copiloto, donde uno enseña, y el otro aprende en tiempo real, observando de manera práctica las técnicas y procedimientos de vuelo.

Y el tercer motivo es uno de los más importantes, es el descanso. Hay vuelos largos en los que por momentos uno de los pilotos tiene la responsabilidad del vuelo, chequeando los instrumentos y los procedimientos, permitiendo que su compañero pueda descansar. Y por momentos alternan los roles para que ambos puedan estar descansados.

En particular me gusta asociar estas tres características, seguridad, entrenamiento y descanso, a nuestras vidas. Todos los aspectos de ella. Nuestra vida con Dios, nuestra vida familiar, nuestra vida social. Para todo tipo de relaciones considero vital verlas como de doble comando.

Trabajo en equipo

Es importante saber elegir nuestro copiloto. Al momento de elegir un cónyuge; al momento de elegir el equipo de trabajo; saber trabajar en equipo con la iglesia; saber que en algún momento vas a tener que descansar y confiar en tu copiloto.

¿Y qué mejor que tener a Dios de copiloto? ¿Verdad? Saber que está al lado nuestro, observando cómo pilotamos nuestras vidas. De hecho, muchas veces nos encontramos en esa situación donde estamos al mando nosotros, teniendo a Dios como copiloto.

Pero dejame decirte, que no hay mayor paz que la de saber que es Dios quien está volando nuestro avión, y no nosotros. Saber que Él es quien está tomando las decisiones, quien está en controles, y que nosotros somos simples espectadores.

Entender que Dios no es nuestro copiloto, sino que es Él quien está en control, es la manera más segura de viajar por la vida. Te aseguro que no habrá cadena de errores que pueda cometer, que tendremos el mejor entrenamiento, y el mejor descanso al saber que el Dios que creó los cielos y la tierra está en la toma de decisiones y con los controles de nuestra vida.

Sé que lleva mucho entrenamiento, y es algo de todos los días lograr esto; entregar los controles. Pero es mi anhelo que, con la práctica del día a día, te encuentres en la cabina de control de tu vida siendo el copiloto, aprendiendo y pudiendo descansar, observando a Dios tomar el control y ¡hacer de la vida el viaje más placentero y seguro de todos!

Martín Baldomá Jones es cofundador & CEO de Aerals Private Flights, compañía de vuelos privados que trabaja con más de 4000 aeródromos y 50 aeronaves. Estudió Administración Aeronáutica en la Universidad de El Salvador y es piloto comercial.

Grupo de profesionales y empresarios cristianos, para responder a la necesidad de un sector de la comunidad y compartir lo que Dios hizo con cada uno de ellos y cómo lo hizo, mediante distintos formatos como charlas presenciales, webinars, Insta Lives y podcast, entre otros.