Los fragmentos permitieron reconstruir pasajes del libro de los doce profetas menores de la Biblia.
El hallazgo fue dado a conocer este martes por las autoridades del país, quienes lo calificaron de “histórico” y uno de los más importantes desde los encontrados en el Mar Muerto, hace más de 70 años. Según informaron, el pergamino fue encontrado en una cueva del desierto de Judea y se cree que fueron escondidos durante una revuelta judía contra Roma.
Según los investigadores israelíes, los fragmentos permitieron reconstruir pasajes de los libros de Zacarías y Nahum, que forman parte de los doce profetas menores de la Biblia. Gracias a una prueba de radiocarbono, se confirmó que fueron fechados en el siglo II d. C.
Los manuscritos fueron encontrados durante excavaciones en una cueva ubicada en un cañón remoto en el desierto de Judea, más precisamente en un acantilado de la reserva natural Nahal Hever. “Por primera vez en unos 60 años, las excavaciones arqueológicas han descubierto fragmentos de un pergamino bíblico”, informó la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) en un comunicado.
La mayor parte del texto está en griego antiguo pero la palabra Señor aparece en la escritura hebrea antigua.
Oren Ableman, curador de la AAI, dijo que partes del mismo rollo del Libro de los Doce Profetas Menores fueron descubiertas por primera vez por árabes nómadas en la Cueva de los Horrores, bautizada así tras el hallazgo de 40 esqueletos humanos durante excavaciones en la década de 1960.
Oren dijo que entre las características más llamativas de los nuevos fragmentos se encuentra una desviación con todas las demás versiones conocidas del Antiguo Testamento: en un pasaje, la palabra “puertas” se reemplaza por la palabra “calles”. Y señaló que “el significado de esa desviación es lo que estamos tratando de descubrir ahora”.
La excavación del desierto de Judea también desenterró un grupo de monedas raras, un esqueleto de un niño de seis milenios de antigüedad y una canasta descrita por la IAA como “probablemente la más antigua del mundo”, fechada por carbono en 10.500 años.
Los fragmentos fueron hallados durante una operación de la Autoridad de Antigüedades de Israel para encontrar manuscritos y otros artefactos, evitando así un posible saqueo. Desde el descubrimiento de los rollos del Mar Muerto, en las cuevas de Qumrán, la zona rocosa del desierto de Judea se han convertido en un área frecuentada por saqueadores de antigüedades.