La ciudad de Damasco se encuentra en la actual Siria, ha sido un sitio de conflictos a lo largo de su historia.

Sin embargo, sobre ella hay un montón de historias y vivencias que tuvieron a los apóstoles, profetas o personajes de la Biblia como protagonistas. Desgraciadamente, desde 2011 se encuentra en una guerra civil cruenta, como todo el país de Siria, lo que ha provocado una pérdida importante de edificios, monumentos y, sobre todo, de vidas humanas.

Pero, en la antigüedad, como toda la región, supo ser una ciudad importante, viviente y pujante. Además, es mencionada reiteradas veces en las escrituras bíblicas, lo que genera un interés particular. Hoy en día tiene nuestra admiración por su historia y requiere nuestras oraciones por su situación actual.

Damasco milenaria

Situada al norte de Israel, esta ciudad cuenta con uno de los pocos récords de los que las ciudades de Medio Oriente se pueden jactar: ha estado habitada casi continuamente desde tiempos milenarios. En las escrituras bíblicas, ya en el Génesis, se nombra a Damasco.

“Y se derramó sobre ellos de noche él y sus siervos, y los hirió, y los siguió hasta Hoba, que está a la izquierda de Damasco”, Génesis 14:15.

Uno de los primeros protagonistas bíblicos que contiene esta ciudad es Abraham, junto a su familia.

Ubicada cerca de ríos, contenía un oasis, lo que servía de refugio a las caravanas que comerciaban y elegían este paraje para descansar. Los caravaneros traían mercancías desde Egipto, Arabia y Bagdad, actual Irak (Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Ed. Clie, Pág. 951). Debido a la cercanía con Jerusalén, Judá y con otros parajes netamente bíblicos, tuvo con estas tierras relaciones de comercio, pero también de guerra. Por ello, se convirtió en una pesadilla de los reinos de Judá y de Israel, con sus continuos ataques militares.

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Calle principal de Damasco, con ruinas de la época romana. Fuente: Comité Español de ACNUR

Conquistada por David, perdida por sus descendientes

Damasco fue conquista en la época de David, y se la obligó a tener una guarnición militar judía permanente (Gran Diccionario Enciclopédico Bíblico, Pág. 952). Esto no significa que ese terreno estaba bajo el control de David, sino que, al tener una guarnición, sería una aliada, un terreno pacificado y propicio para los israelíes. La situación cambiaría en el tiempo siguiente. De esta población saldrían reyes y militares que atacarían a Israel y a sus sucesivos reinos cristianos.

Aunque tuvo momentos de paz, la mayor parte del tiempo Damasco fue guerrera contra los hebreos. Al mismo tiempo, se propuso contener al reino hostil de Asiria, situado hacia el este. Fue este enemigo en común con Israel lo que los llevó a luchar juntos contra Asiria en el año 854 a. C., con otros pequeños reinos más. Así lograron un éxito, pero de corta duración (Diccionario Ilustrado de la Biblia, Caribe, 1979, Págs. 152-153).

Damasco, como los reinos hebreos, fue conquistada finalmente por Asiria, tal como lo anunció el profeta Isaías: “He aquí, Damasco dejará de ser ciudad, y vendrá a ser un montón de ruinas. Abandonadas están las ciudades de Aroer; serán para los rebaños, para que se echen en ellas, y no habrá quien los espante. Desaparecerá la fortaleza de Efraín y la soberanía de Damasco, y el resto de Aram vendrá a ser como la gloria de los hijos de Israel -declara el Señor de los ejércitos”, Isaías 17:1-3.

Desde ese momento perdió totalmente su independencia, pasando a estar regida por asirios, persas, romanos, griegos y hasta franceses. 

El lugar donde Saulo se transformó en Pablo

En el camino a Damasco es cuando se produce el hecho sobrenatural cuando una voz habló a Saulo, dejándolo luego ciego. El futuro apóstol tuvo que continuar su camino hasta la misma ciudad, alojándose en una calle llamada Derecha.

Dominada en aquella época por los romanos, este pasaje nos deja entrever lo importante que era la comunidad judía en la ciudad. Es por esto que Saulo tenía permiso para ir a aquella ciudad, debido a su doble condición de judío acérrimo y ciudadano romano.

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Una de las últimas sinagogas de Damasco. Fuente: Diario La Vanguardia de Barcelona, España. 

Es también debido a esa gran comunidad hebrea en esa urbe que tuvo una inmediata oposición al convertirse al cristianismo, por lo que debió huir, esparciendo el Evangelio por otras regiones. Es interesante resaltar que la mayoría de las mujeres de clase alta damascenas eran judías, y las sinagogas eran abundantes allí (Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Pág. 953). Luego de la conversión de Pablo, parece que no tuvo mayor protagonismo exclusivo.

Posteriormente, cayó el imperio romano, se transformó en zona de influencia bizantina y, a partir del siglo siete, fue conquistada. En la actualidad, es casi exclusivamente musulmana.

Con la misma familia gobernando por más de 40 años, esa ciudad y ese país esperan nuestra empatía, frente a una de las guerras más impactantes del último tiempo. Sobre todo, requieren nuestras oraciones. Si Dios pudo revelarse a un hombre, también lo puede hacer a una nación, en el mismo sitio.

Guido Márquez
Soy de Mendoza, Argentina. Profesor de Historia y casi Licenciado en Turismo. Espero que en mis notas no encuentres respuestas, sino preguntas. Que puedas mirar al pasado para enriquecerte, no para aburrirte.