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Cristo te aceptó tal y como eres

Enfócate en lo que Jesús dice de ti, no en lo que el mundo murmura. 

Estamos rodeados de personas que no se aceptan a sí mismas y hay quienes aún siendo hijos de Dios, manteniendo una fe en Cristo Jesús  no se aceptan así mismos, prefiriendo vivir con complejos el resto de su vida. 

La mayoría de los jóvenes como yo en la actualidad tenemos un gran dilema con nuestro cuerpo. Lo que más nos aflige, seguramente, es que no es como lo hubiéramos querido tener. Difícilmente habrá un joven que esté contento con su cuerpo o con ciertas características en su personalidad.

Pero,  nosotros creemos en que Dios es un Dios perfecto y que no se equivocó al crearnos, si lo vemos desde la perspectiva divina y con ojos espirituales podremos entender que somos creación suya y que valemos la sangre de Cristo, y eso nos define como hijos de Dios, no las etiquetas que nosotros mismos inventamos y creemos. Él no se equivocó al crearte como eres, Dios te eligió desde antes de la fundación del mundo, sabía quiénes serían tus padres y  dónde ibas a nacer.

La biblia dice en Génesis 1:26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.  

Jamás debes pronunciar palabras de inconformidad sobre ti mismo, puesto que esto no es la voluntad de Dios, porque te hizo a imagen suya y ante el Creador su creación es perfecta.

Por otra parte, si tú has permitido que la imagen de Dios en tu vida se distorsione porque en momentos determinado no aceptaste tu cuerpo o tu forma de ser, es necesario que regreses a Aquel que te conoce a la perfección, que tiene grandes planes para tu vida y que te ha estado buscando hasta el día de hoy.

Eres importante para Él, vales la sangre de Cristo y esa es razón suficiente para aceptarte a ti mismo, ¿Sabías que Dios te acepta y te ama tal y como eres? ¿Sabías que eres barro y Dios es tu alfarero y que Él te moldea cada día de tu vida? Si no lo sabías quiero decirte que estás en las manos del mejor alfarero de la historia y que: “…el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús”. Filipenses 1:6 NVI

Cuando tú le dices: “Dios, hay cosas que no me gustan de mí mismo, como desearía tener otro tipo de cabello o un color diferente de piel, desearía ser más alto, más bajo o más delgado, desearía tener más talento, desearía poder hacer “esto o aquello”, desearía verme como aquel, o me gustaría ser tan inteligente como ella, etc., etc. Con este tipo de pensamiento, básicamente le estás diciendo a Dios: “¡Te equivocaste! Todo el mundo está bien hecho, pero hiciste un pésimo trabajo cuando me creaste a mi”.

Cuando no te aceptas tal y como eres y te rechazas a ti mismo, estás rechazando al mismo Dios, porque Él es tu creador. Cuando no te aceptas a ti mismo, te estás rebelando en contra de Él. Le estas diciendo: “Dios, yo sé más que tú, y yo me hubiera hecho diferente, con otro tipo de cualidades y debilidades”.

Pero Dios te dice “No; Yo te forme exactamente para que fueras tal y como eres, porque quiero que seas tú — con tus fortalezas y debilidades. Las dos me pueden dar gloria — Si solamente empezaras a hacer para lo que te forme, en lugar de tratar de ser como alguien más”.

En realidad, es sumamente arrogante el rechazarte a ti mismo. La Biblia dice: “ ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?”  Romanos 9:20 NVI

Cuando dudamos del amor y la sabiduría de Dios, siempre nos metemos en problemas. La raíz de todos tus problemas es que realmente no confías en Dios, no crees en su amor y no crees que Él realmente está interesado en ti. Siempre estás deseando que Él te hubiera formado de una manera distinta. Y como consecuencia de esto, llevas un espíritu de amargura y descontento que te mantiene frustrado y te aleja de la vida que Dios ha preparado para ti.

Déjame decirte que eres más que un cuerpo bonito, eres más que una cara linda, eres más que una foto en Instagram, eres más que un defecto o una virtud  eres hijo de Dios y eso te hace más.

Sabes que la vida suele enseñarnos grandes lecciones, aprender de ellas es un compromiso que debemos asumir responsablemente, sobre todo en la ardua tarea de ser feliz. Aceptarse así mismo no es nada fácil, pero es algo simple, que se logra al reconocer nuestros defectos y nuestras virtudes, lo que sucede es que a veces no queremos aceptar que tenemos cierta habilidad o cierto defecto; lo importante del caso es el reconocimiento individual, recuerda que “nadie es tan capaz de conocerse, así mismo como aquel que se acepta tal y como DIOS lo creó”. W.R

Acéptate por que DIOS te hizo único

Cuando recordamos que Dios nos creó en el vientre de nuestra madre (Salmo 139: 13-14), y que cada uno de nosotros es totalmente único, es el momento de aceptarnos a nosotros mismos por lo que somos. Cada uno de nosotros podemos luchar por la aceptación y afirmación de los demás sin embargo, Dios tiene un suministro interminable de ambos. Aprende a ser positivo, y celebra a la persona que Dios te hizo ser; el verdadero tú.

Nuestra sociedad ha reducido la belleza al glamour y lo superficial en lugar de la verdadera belleza, estas son algunas diferencias entre la belleza superficial y la real:

«Si el glamour es el colorete pintado en tu cara, la belleza es el resplandor exterior que se ilumina desde el interior».

«Si el glamour es el traje que te ayuda a hacer una entrada, la belleza es su generoso corazón que hace que su presencia cambie la atmósfera».

«Si el glamour es el perfume que se aferra a la ropa, la belleza es la fragancia de su vida que perdura mucho después de que has dejado la habitación».

Es interesante ver cómo la Biblia habla directamente sobre la importancia del interior, en lugar de la superficialidad de la belleza.

“Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios”. 1 Pedro 3: 3-4 NVI

Tu cuerpo es templo del Espíritu Santo. Desde luego, no estoy diciendo que debemos dejar que nuestros cuerpos vayan a la ruina. Ellos son un regalo, y tenemos la responsabilidad de cuidar de ellos y mantenerlos sanos, que a menudo tienen más trabajo a medida que envejecemos.

“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios”. 1 Corintios 6: 19-20

El Espíritu Santo está en nosotros; demos honor a Él teniendo la actitud correcta con nuestro cuerpo y lo que hacemos para vernos y sentirnos bien.

Cristo Jesús nos da la identidad necesaria para amarnos tal y como somos. Amen.

Polo Ortiz
Polo Ortiz
Influencer cristiano. Creador de contenido. Líder de jóvenes y teens de Intro Iglesia. Profesional en Desarrollo Organizacional, Licenciado en Administración, estudiante de la Universidad Autónoma del estado de México, escritor evangélico y predicador.

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