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¿Cristianos bajo maldición?

 “Ustedes conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Juan 8.32

Muchas personas son conscientes de su necesidad de liberación y buscan desesperadamente ayuda para lograr la tan anhelada “Bendición”. Esto lo he visto a lo largo de los años. El problema es que la mayoría cree que la liberación la debe realizar alguien capacitado o entrenado para esto, porque piensan que se opera desde afuera hacia dentro. Esta creencia es contraria a lo que dice Jesús, Él deja bien claro que la liberación es el resultado de conocer la verdad. Juan 8:31.

Es por lo que los cristianos no practicamos exorcismos sino que,simplemente, conducimos a las personas a la verdad para derribar las mentiras con las cuales el enemigo las ha esclavizado. 

«Las ataduras o maldiciones son resultado de creer mentiras que el enemigo ha logrado instalar en nuestras mentes».

Estos engaños luego se convierten en paradigmas que dictan nuestro proceder. Temor, angustia, derrota, miseria son solo algunas de las consecuencias. Muchas de las situaciones que vivimos en el mundo físico son simplemente un reflejo de lo que está sucediendo en el mundo espiritual. 

Jesús dijo: “Les aseguro que lo que ustedes aten aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que ustedes desaten aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.” Mateo 18.18 La palabra cielo aquí hace referencia al mundo espiritual, aunque no lo veamos es más real que lo que vemos pues es eterno. El ejemplo más claro con relación a este punto es la mujer encorvada de Lucas 13

El apóstol Lucas quien era médico describe la situación de la mujer de la siguiente manera: “Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse”. Bien Lucas podría haber atribuido el problema de la mujer a una irregularidad en su columna vertebral, pero sin embargo advierte que el problema era “un demonio”. La presencia de este demonio provocaba que la mujer estuviera encorvada.

Cómo saber si necesito liberación

Cielos cerrados, estancamiento, ciclos que se repiten en cualquier área de su vida por más que se esfuerce siempre termina donde empezó, son solo algunos indicadores que nos dejan ver la posible presencia de maldiciones. 

La palabra maldición en la biblia proviene del vocablo hebreo “arat” y significa: “lo que detiene” o “lo que obstaculiza”. Las maldiciones tienen como objetivo robarnos la paz, traer sufrimiento, estancarnos en nuestro crecimiento espiritual, hacernos renegar de Dios al dudar de su amor y robarnos de la vida abundante que Dios desea que vivamos. Jesús dijo en Juan 10.10 El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” 

Origen de las maldiciones

Salomón en el libro de Proverbios 26.2 dice: “…la maldición no viene sin causa”. La causa primaria de la maldición es el pecado y la ignorancia. Gracias a Dios por medio de Cristo Jesús hemos sido libres de la maldición del pecado como lo afirma el apóstol Pablo en Gálatas 3.13 “Cristo nos redimió de la maldición”,  pero ser libre de la maldición de la ignorancia que es el  resultado de violarlos principios que Dios ha establecido, solo depende de nosotros y de cuanto conozcamos la verdad. 

Usted puede ser hijo de Dios y aun estar bajo maldición por quebrantar principios bíblicos. Puede aún pertenecer a una iglesia donde la verdad es predicada y seguir viviendo en esclavitud.

«El profeta Oseas lo dejó bien en claro ‘mi pueblo perece por falta de conocimiento’”.

Muchos han pensado que mudándose de ciudad o país serían libres, gran error, pues repito la maldición no está relacionada a lugares geográficos sino en prácticas, pecados, y conductas que le han dado lugar al diablo.

Dónde inicia la liberación

La liberación es un proceso que se  inicia con el libertador. En otras palabras, si deseo ser libre debo recibir a Jesucristo en mi vida y Él obrará el milagro de la liberación de adentro para afuera a medida que entregue las áreas dañadas por el enemigo.  

Al entrar Cristo en una vida literalmente  viene a vivir en esa persona. Toda otra presencia debe dejar la casa pues ahora viene uno más fuerte y se cumple lo que dice Pablo: “Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”. 2 Corintios 3:17.

Aquí está la razón por la que muchas personas han intentado dejar hábitos pecaminosos o conductas indeseadas y no lo han logrado porque la raíz del problema no es conductual sino espiritual. Ni la religión ni ningún esfuerzo humano jamás pudieron mejorar al ser humano. 

Debido a la legalidad que otorga el pecado los demonios han esclavizado a las personas, intentar cambiar o mejorar es como tratar de mantener una pelota bajo el agua. Jesús definió a las tales personas como esclavas:

“Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo: Todo el que comete pecado, esclavo es del pecado”. Juan 8:34

«Para lograr un verdadero cambio es necesario un cambio de espíritu que empieza con el nuevo nacimiento espiritual cuando recibimos a Cristo en nuestras vidas». 

Cómo ser libre de las maldiciones

Ya hemos mencionado que la liberación no es resultado de un rito, sino más bien de estar en relación con la persona de Jesucristo quien nos conducirá a la verdad que nos hará libres. 

Una vez identificadas las mentiras que nos han esclavizado es necesario el arrepentimiento (dejar de cometer el pecado que nos trajo maldición) y la renuncia para apropiarnos de la libertad que Cristo ofrece. 

Tomado del Libro: 21 días hacia mi libertad (Donald Franz)

Donald y Silvia Franz
Donald y Silvia Franzhttps://fortaleciendofamilias.net/
Donald y Silvia son plantadores de iglesias y fundadores de Fortaleciendo Familias. Un ministerio enfocado a la restauración y fortalecimiento de la familia. Radican en Oklahoma, Estados Unidos, junto a sus 4 hijos Sebastián (casado con Andrea), Jason, Melody y Paul.

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