Hubo un tiempo en que pensaba que leer la Biblia era una forma de cumplir con una de las tareas que tenía en mi día. “Un capítulo al día y ya estoy en comunión con Dios”. Cuando me levanto y estoy por abrir instagram “oro rápido y después veo ig porque obvio, yo tengo a Dios primero”.
Hoy en día, comprendo que mi tiempo devocional debe ser una de esas actividades no negociables. El tiempo que me toma leer la biblia y orar no es simplemente algo que hago para sentirme bien conmigo misma porque “cumplí”. No es un simple hábito más como ir al gimnasio o tomar agua seguido.
Nuestro tiempo devocional debe ser nuestro encuentro diario con Dios, la forma de conocerlo más, y vivir en comunión con Él.
“Se puede no ser cristiano y orar, pero sin dudas, no se puede ser cristiano y no orar”
Algo semejante dijo R.C. Sproul y lo mismo sucede con la lectura de la Biblia.
Me gustaría compartirte dos puntos que destacan, para mi, razones muy importantes por las cuales debemos leer diariamente la Biblia, tengamos la edad que tengamos.
1. Conocimiento de la Verdad
Leer la Biblia con la guía del Espíritu es la forma de conocer la Verdad. Miremos a nuestro alrededor, las conversaciones con nuestros pares, en el trabajo, facultad o incluso dentro de la Iglesia, o en nuestro grupo de amigos… estamos viviendo tiempos donde la verdad parece subjetiva, todo es relativo y se basa en lo que uno siente/cree mejor.
Sin embargo, Pablo dejó claro en su carta a los romanos que no debíamos amoldarnos a las creencias o costumbres de este mundo, sino dejar que Dios transforme nuestras mentes para conocer cuál es Su voluntad.
En medio de tanta confusión, dispersión y subjetividad, busquemos centrar nuestras convicciones en Su verdad, que sea Su Palabra la que nos transforme y así podamos ser luz no solo para nuestro camino, si no para ayudar a otros a caminar.
La verdad no es subjetiva, no está sujeta a mis emociones o a mis experiencias. La verdad es única y se encuentra solo en la Palabra.
2. Discernimiento bíblico
Me sorprende pensar cuántas veces he dicho o escuchado: “Estoy orando para saber cuál es la voluntad de Dios”.
Creo que es esencial que practiquemos la oración, sobre todo cuando debemos tomar una decisión complicada y no sabemos por dónde ir. Pero si creo que es errado pensar que es lo único que debemos hacer.
Ocupar nuestro tiempo devocional leyendo Su Palabra, es ocupar nuestro tiempo conociendo Su carácter. Dios se revela a sí mismo cuando leemos.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” Salmos 119:105
Si queremos llevar una vida de honra, tomando decisiones correctas, buscando agradarle, debemos tener Su Palabra presente cada día, meditar en ella, practicarla, memorizarla y estudiarla.
Cuando Jesús fue tentado en Mateo 4, vemos como siempre sus respuestas empezaban por “escrito está”. Cuando venga la tentación, debemos recordarle al enemigo y también a nosotros lo que Él ha dicho.
Es importante que desarrollemos un pensamiento bíblico acorde al discernimiento que el Espíritu nos da a medida que lo buscamos.
Si te cuesta leer la Biblia, apartar ese tiempo todos los días para buscarle, no te sientas un bicho raro, porque a todos nos pasa en cierta medida. Siempre puede haber días de apatía o desánimo, pero ninguna emoción o situación externa que vivamos debe desenfocarnos de lo que es verdaderamente importante en nuestra rutina, nuestros “no negociables”.
En lo personal, rodearme de amigos/as con quienes puedo juntarme a leer la Biblia seguido me ha servido mucho. Volvamos a la Palabra:
Como cristianos/as, todos debemos tener el anhelo de hacer Su voluntad y buscarlo todos los días. Te animo y a mi misma también a no poner excusas humanas que nos distraigan del propósito.
Oremos para que Dios nos de la fuerza para ser intencionales al buscarlo de corazón. Entreguemos nuestras vidas como un sacrificio vivo y santo, todos los días, esa es la clase de sacrificio que a Él le agrada.