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Comunidad AVIVA, jóvenes frikis y radicales para Cristo

En marzo de 2019 de alguna manera nació el deseo por visitar la congregación que radica en Córdoba Capital. Claro, en ese momento yo vivía por esos pagos y todavía podíamos circular sin barbijos ni restricciones. Me acuerdo que fue un día de semana y fui de visitante a una reunión de oración. Ni bien llegué me recibieron amablemente unos chicos tatuados y medio hípsters, al entrar me acomodé atrás de todo. En un momento de adoración por medio de la música, se comenzaron a armar grupos de oración más pequeños. Puedo afirmar que la atmósfera estaba cargada de la presencia de Dios manifiesta y todos los jóvenes estaban rendidos para conocer un poco más a Cristo de manera genuina y apasionada. Como diría Charly García, me gustaba ver esos «raros peinados nuevos», pero más me gustaba ver que era gente como yo, normal, sin prejuicios que encontraron el pan de vida y te invitaban a la cocina de la panadería para que lo pruebes recién sacado del horno.

En esta entrevista tuve la posibilidad de dialogar con Guillermo Lo Forte, pastor principal de unas de las congregaciones más jóvenes de la capital cordobesa, conocida también como la Docta. Él es un tipo amable, gracioso y pensante. Ese día, a pesar de que me contó que el auto que vendió se le había roto el embrague y tenía que pagar un arreglo carísimo, se mostró de muy buen humor y con una perspicacia para realizar la entrevista que se extendió en una charla casi de amigos por poco más de hora y media.

LC: Una de las cosas que me sorprendió cuando fui a Comunidad Aviva fue que justamente es una comunidad de gente joven y que rompe muchos estereotipos, al menos estéticamente. ¿Cómo surgió este espacio? ¿Fue algo espontáneo, o fue adrede para de alguna manera llamar la atención de los más jóvenes?

GL: ¿Querés que te cuente la historia larga, o la historia corta?

LC: Lo que tú quieras.

GL: En el 2009 estuve en Inglaterra, en un viaje que hicimos por Alpha, en realidad yo no iba a ir. Si bien había hecho Alpha con mi esposa, en la Iglesia Bautista. Alpha vio que estábamos trabajando con jóvenes, y me invitaron a ir. Yo no tenía plata, no tenía ganas de ir, no sabía inglés en ese momento, nada de nada. Pero fui. Estuve toda una semana haciendo una capacitación de ellos, que yo ya había hecho aquí en Argentina, en Holy Tinity Brompton, una iglesia anglicana, donde había muchos católicos que participaban porque Alpha es una herramienta de evangelización que usan católicos como para evangélicos, por igual. Bueno, en ese tiempo me hice muy poquitos amigos, no tenía contacto con casi nadie, y me comunicaba a lo Tarzán, y todos los días le preguntaba al Señor para qué me había llevado allí.

LC: Claro, te sentías sapo de otro pozo, me imagino ¿no?

Yo soy de la Provincia de Córdoba, y Córdoba es un pueblo, yo no tenía experiencia viajando y por muchos momentos en Londres tuve miedo o me sentí perdido y Dios siempre me respaldó, aparecían personas guiándome, me hablaban en inglés y de pronto yo entendía todo. Cosas así solo podían suceder porque Dios iba conmigo.

LC: Qué loco ¿Y qué pasó en el viaje que te marcó?

Mirá, fueron pasando los días, hasta que un domingo viene una chica y me dice: «Guille, te quiero invitar a una iglesia que se llama San Paul», en Onslow Square. Y acepté. Ya había terminado el curso y tenía tiempo libre. Llego a este lugar y me encuentro con una iglesia que tendría unos 300 años, y cuando entro me doy cuenta de que no tenían asientos, solo una alfombra grande y una tarima. Una chica se me acerca y me dice que me busque un almohadón. Voy, lo busco, me siento en el piso y a medida que conversaba con ella y otro chico, empieza a llegar gente, gente rara, jóvenes de Londres, raros para mí. Yo me empiezo a emocionar, mientras que tres “locos” se suben a la plataforma con una guitarra, un piano, y empiezan a tocar Worship que partía la tierra.

Yo empiezo a llorar y Dios empieza a hablar. Tenía que usarme para hacer eso en Córdoba. Y yo lo veo en mi mente, lo siento en mi corazón. Y quería usarme para eso.

LC: ¿Cómo fue el proceso de trasladar una idea que había nacido en la otra punta del mundo a Córdoba?

Llegué a mi iglesia bautista y comencé a hablar con mi pastor. Le explico que quería plantar una iglesia enfocada en los jóvenes. Empecé a leer libros, había leído Generación Emergente de Junior Zapata, otros de Dan Kimball, y oré mucho al Señor por esto. Así que durante los dos años siguientes nos dedicamos a plantar la iglesia, pero no abandoné durante ese periodo al grupo de jóvenes que lideraba en la iglesia bautista.

A su vez en 2010 mi hermano me presenta un grupos de jóvenes que estaban viviendo una experiencia con el Señor y estaban buscaban algo nuevo, y nos empezamos a juntar en un departamento. Ellos venían atravesando un proceso hermoso en Cristo, tenían mucha hambre y anhelo de Dios, eran una zarza ardiendo. Así que empezamos a hacer Alpha en un centro cultural, con lo cual sumamos a este grupo que éramos unos diez, más tres que se habían venido conmigo y que eran de mi iglesia anterior.

Siempre pensamos en una iglesia para gente que no iba a la iglesia. Quedé muy conmovido con el libro de Rick Warren que es Iglesia con Propósito, que, aunque hoy podría ser obsoleto, en aquel momento era una guía para quitar los obstáculos de la iglesia para que la gente se encuentre con Jesús.

LC: ¿Cuál fue el momento determinante en el inicio de AVIVA?

En el primer Alpha que hacemos se entregan al Señor unos diez jóvenes más, que llevamos a bautizar a la iglesia bautista. Llegamos un domingo a la mañana a la congregación y la gente estaba muy impactada. Imagina que uno de ellos era un chico con el pelo largo hasta la cintura, todos tatuados, con gorras, para todos ellos eran gente rara, hoy en día para ti y para mí son normales, pero para la iglesia de ese momento no.

Guille, hace un párate en el zoom y me dice tentado: «El de pelo largo que se bautizó sale de ahí, se va al baño, y de pronto se empieza a oír el secador de pelo en el baño de la iglesia. (Risas).

Pero a partir de ahí entendimos que todo debía ser en nuestro lugar. Comenzamos con jóvenes, el más viejo era yo con treinta y tres años. Hoy en día es más variado, todos crecimos, y muchos están pastoreando.

LC: ¿Consideras a Aviva como una iglesia emergente?

GL: El concepto de emergente creo que nunca lo tuvimos; porque tiene que ver mucho con el estilo teológico de la iglesia, nosotros somos conservadores en la teología, y eso nos diferencia de lo que se conoce como emergentes o progresistas. Hay una apertura en donde no tienen problema con la homosexualidad, o las relaciones prematrimoniales. Y nosotros no somos eso. Nosotros creemos en los dones el espíritu, en los cinco ministerios, pero somos conservadores en el estudio de la Palabra que es toda la autoridad, y la Palabra tal cual está, sin sacarla de contexto. La estética es sólo superficial, en lo profundo somos radicales.

LC: ¿Cuál es el mensaje central que transmite la comunidad, o vos como pastor?

GL: Somos una comunidad de discípulos, con todo lo que eso implica, seguimos a Cristo y obedecemos todo lo que dice en su Palabra, o al menos tratamos de hacerlo. Muchas veces perdemos, pero siempre prevalecemos hasta el fin.

LC: ¿En qué sentido pierden?

GL: Perdemos en el sentido de que sé que muchos están esperando otra cosa de nosotros. Tal vez esperan que nos sumemos a las marchas contra el aborto o contra el matrimonio igualitario o que seamos más progresistas, y yo no quiero estar en ninguna de esas veredas, esa no es nuestra batalla, porque entiendo que Jesús no está ahí,imagínate si Jesús se hubiera pronunciado en contra de todas las leyes injustas de Roma, todavía estaría haciendo marchas. Nuestra batalla real es hacer discípulos y predicar el evangelio porque es el evangelio que nos cambia de adentro para afuera. Soy testigo de muchos jóvenes que abandonan la homosexualidad, desisten de abortar o son libres de los vicios sencillamente al encontrarse con Jesús. Esa es mi batalla, una ley nunca cambiará el corazón de las personas, el evangelio simple y sencillo sí. Yo deseo seguir los pasos de quienes entregaron todo por ese evangelio que da vida y por hacer discípulos conforme al corazón de Dios.

Cuando empezó la cuarentena sentí que Dios me hacía algunas preguntas que revolucionaron mi manera de entender mi vida de discipulado, una pregunta fue de que si estaba dispuesto a morir por Él, si bien yo siempre le dije que quería vivir para Él, nunca le había dicho que moriría por Él. Eso me confrontó aún más en mi llamado.

LC: ¿Hoy estás dispuesto a morir por Jesús?

Busco morir en la Cruz a diario en mi alma, ser obediente, ese es el sentido del verdadero discipulado, así que hacerlo físicamente sería para mí un privilegio si así Él lo quiere, como lo hicieron los primeros creyentes y como hoy ocurre con muchos discípulos en medio oriente. Muchos en Aviva estamos abrazando fuertemente este mensaje y está siendo una revolución.

LC: ¿Somos una generación muy dispersa? ¿Qué podrías decirnos a nosotros, los jóvenes de esta era?.

GL: ¿De quien sos? ¿de quién es tu cuerpo, de quien es la vida que tienes? Esa respuesta es todo lo que necesitás saber. Si sos de Dios, la gastas para Él. Si no, la gastas para vos. Cuando entiendes que ni siquiera vos sos tuyo, sino que somos de Cristo, todo toma otra sentido y toda tu vida se transforma.

El señor viene a buscar una iglesia muy parecida a la que dejó, tal vez un poco más grande, pero muy parecida a la que dejó. Y Él anhela que nosotros lo esperemos despiertos y encendidos.

Guillermo Loforte, pastor de Comunidad AVIVA.

Emiliano Ruiz
Emiliano Ruiz
Emiliano Ruiz nació en Buenos Aires, Argentina, en 1985. Cursó las carreras de Comunicación Social y Ciencias Políticas. Actualmente cursa la carrera en correción de textos. Autor de los libros La ventana de los sueños y Debajo de la Piel.

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