“La mayor expresión de unidad en el matrimonio es la oración, dado que es en ese momento cuando somos desnudados ante Dios y nos vemos el uno al otro tal cual somos”.
La verdadera conexión emocional en la pareja debe comenzar en el ámbito espiritual. Como resultado de la unión en este terreno, se acoplarán en el alma y eso hará que deseen estar más cerca el uno del otro. Por eso, si hoy no se están encontrando emocional y físicamente, el llamado es claro: “deben volver a conectarse en el espíritu por medio de la intimidad con Dios”.
La oración fortalece no solo la relación entre ambos, sino también con el Señor. “Cuanto mayor sea la calidad de esta relación, más próspera será la matrimonial”. Sin embargo, tristemente, para muchos “la oración es algo que solo hacen en la iglesia o en momentos de dificultad, cuando en realidad debería formar parte de nuestra rutina diaria”.
El matrimonio, afirman, “es mucho más que la unión de dos personas; es la forma en la cual Dios liga propósitos que se potencian”. Cuando se ora juntos, uno se presenta delante de Él para que este propósito sea revelado. La falta de una pasión en común puede ser la causa de que muchos matrimonios “hayan perdido la conexión, al no haber temas de interés mutuo que los mantengan unidos”.
La oración que transforma
“La batalla por el corazón de tu esposo/a comienza con la plegaria. Comprométanse a orar por y con él/ella todos los días. El orgullo, responsable de la mayoría de las rupturas matrimoniales, termina cuando empieza el rezo”.
Orar ablanda los corazones, desarrolla paciencia, expone temores, transforma el carácter y “nos da nuevos ojos para ver al cónyuge, nos ayuda a sobreponernos al dolor e invita a Dios a ser parte de nuestras vidas”. Aunque nadie llegue a ser un esposo perfecto, “puedes ser uno que ora, y eso hace la diferencia”.
Incluso en matrimonios con áreas que sanar, “si permanecen juntos en oración, este proceso será más fácil y llevadero”. Orar como pareja permite darle “permiso a Dios para intervenir en nuestras vidas y pelear por nosotros las batallas contra el enemigo”.
Algo importante es que: “Tengan cuidado de no usarla como un medio para quejarse ante Dios por las indeseables cualidades del cónyuge; por el contrario, aprovéchenla para proclamar las promesas de Dios sobre sus vidas”. Y recuerda que “a Dios no lo moviliza nuestro sufrimiento, sino nuestra fe declarada en pro de nuestra restauración. Es tu fe lo que agrada y mueve a Dios a tu favor”.
Peticiones para el matrimonio
“Les recomendamos que hoy mismo empiecen a buscar en la Biblia promesas de Dios para su matrimonio, las que puedan activar por medio de la oración. Esperen con fe su cumplimiento”. Algunas de las peticiones sugeridas son:
- “Que les ayude a cambiar lo que sea necesario”.
- “Que ablande el corazón de ambos”.
- “Que les dé un corazón perdonador”.
- “Que la amargura sea reemplazada por perdón”.
- “Que Dios ayude a cada uno a suplir lo que su cónyuge requiera”.
- “Que Dios vuelva a encender la chispa del amor y del romanticismo”.
- “Que la honra mutua sea la moneda corriente en su relación”.
- “Que los sane de las heridas del pasado”.
- “Que Dios les revele su propósito como matrimonio”.
Orar y tomar autoridad
Además de disfrutar de Dios mediante la plegaria, “orar también implica tomar una postura firme contra los planes del maligno, pararse en la brecha para deshacer todo plan del enemigo contra nuestra familia”. La advertencia es directa: “Si el diablo está de pie en su casa, quizá se deba a que ustedes no han estado juntos de rodillas”.
Pararse en la brecha significa:
- “Tomar la postura firme de un guerrero que se ubica en la rotura de un muro de defensa o en lugares vulnerables, dispuesto a proteger de los posibles intrusos a los que habitan allí”.
- “Pararse entre una promesa de Dios y su cumplimiento. Únicamente se concretarán para aquellos que las creen y en oración, con fe, reclaman su cumplimiento”.
- “Sintonizarte con el corazón de Dios y sus propósitos para tu familia”.
Cuando uno de los dos no quiere orar
Si el cónyuge no quiere orar, “empieza tú solo. En lugar de quejarte o recordarle constantemente sus errores y tratar de cambiarlo, ora”. El consejo es claro: “Identifica lo que tu esposo/a hace bien y alábalo por ello. Su espíritu se alegrará y estará más abierto a considerar lo que debe modificar”.
Obstáculos a la oración
- Trato inadecuado al cónyuge: “Ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal… Así nada estorbará las oraciones de ustedes” (1 Pedro 3:7).
- Falta de perdón: “Cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo…” (Marcos 11:25).
- Falta de fe: “Si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá” (Marcos 11:23, TLA).
- No permanecer en Cristo: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá” (Juan 15:7).
“La oración es poderosa porque nos pone en contacto con el Dios omnipotente… Todo lo que está muerto vuelve a la vida y pone al enemigo de rodillas”.

Título: 30 días a sus pies por mi matrimonio
Páginas: 224
Año: 2024
Autor: Donald y Silvia Franz