Definitivamente esta pandemia ha manifestado a flor de piel la virtualidad y nos ha llevado a una adaptación en todos los ámbitos sociales.

Lo podemos ver en nuestro vínculo laboral, las metodologías para estudiar, la creatividad para hacer iglesia y la convivencia misma de cada familia atravesando la pandemia. Este combo definitivamente ha traído a muchos sentimientos de angustia, desesperanza, estrés e incertidumbre, y todo esto comienza en los pensamientos.

¿Cómo podemos enfrentar las voces que se levantan y tratan de paralizarme en este tiempo?

  1. Tomá autoridad

La Biblia relata una historia apasionante en la que podemos ver a Jesús en acción acallando esas voces que se levantan en este tiempo.

Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”, Marcos 4:39.

Una gran tempestad azotaba la barca en la que navegaban Jesús y sus discípulos. La nota de color es que Jesús dormía mientras todos presentían el peligro y el temor de naufragar. Cuando levantan a Jesús de su sueño, lo primero que hace es hablarle a la tormenta: “Calla y enmudece”.

¿Tendrán voz las tormentas? Por lo visto, Jesús dejó al descubierto que las tormentas y mares tienen voz. Más que hablar, nos gritan y lo hacen bien fuerte. ¿Qué te está gritando?

  • -Te vas a hundir
  • -No vas a poder salir adelante
  • -Tu familia nunca se convertirá
  • -Nunca levantarás cabeza
  • -Nunca pagarás tus deudas

Estas voces se levantan para distraernos, paralizarnos y desanimarnos. Te animo a hacerlo tal y como Jesús lo hizo, tomá autoridad en su nombre y mandá a callar esas voces que quieren hacer nido en tus pensamientos. 

CUANDO LAS TORMENTAS TE HABLEN, ES MOMENTO DE TOMAR LA AUTORIDAD Y CALLAR SUS VOCES EN EL NOMBRE DE JESÚS.

Diego Di Rosa
  1. Enfocate

“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, Filipenses 3:12-14.

La tendencia multitasking de las nuevas generaciones deja ver, por un lado, una gran virtud y al mismo tiempo un gran defecto. 

Como mencionamos en un principio, este aceleramiento de la virtualidad y conectividad ha potenciado a muchos y al mismo tiempo ha distraído a muchos otros. El secreto será estar enfocado. Y aquí el consejo del apóstol Pablo cobra un sentido único, cuando expresa “una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”.

Es fantástico y resume este segundo consejo: Hacé una cosa a la vez, concentrate, enfocate. Muchas veces habrá que dejar atrás dolor, tristeza, fracasos y también logros para seguir adelante y seguir una meta, un objetivo. Puede ser en tus estudios, tu profesión, sirviendo a Dios en un ministerio. 

El secreto para avanzar y desarrollarse será estar enfocado.

Diego Di Rosa
  1. Pensá bien

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”, Filipenses 4:8.

Aquí está el tercer consejo, pensar bien. Tenemos una tendencia a pensar mal, a quejarnos y repartir culpas. El ejercicio a poner en práctica es el que nos deja en Filipenses: pensá lo verdadero, honesto, lo justo, en eso pensá. Sé que no es fácil, pero es un ejercicio que todos tenemos que practicar día a día.

SATANÁS INTENTARÁ SEMBRAR MENTIRAS EN TU MENTE CON EL ÚNICO PROPÓSITO DE DISTRAERTE Y QUITES TU MIRADA DE JESÚS

Diego Di Rosa

Si no tenemos nada bueno que decir, mejor no decir nada. Guardá tus pensamientos, guardá tus palabras que tienen el poder de dar vida y muerte. 

Dios tiene un propósito con tu vida y Él cumplirá sus promesas en tu vida, ¡lo creo!

Pastor de Catedral de la Fe Avellaneda y fundador del movimiento solidario Cambia tu Mundo, con el que han recorrido 15 provincias de Argentina junto a miles de voluntarios. Autor de los libros "Llamados a cambiar el mundo", "Los líderes de mis hijos" y su último libro de prenoviazgo, "A fuego Lento".