En este tiempo de celebración por el nacimiento de Jesús hace más de dos mil años y sumado a los festejos entre amigos o compañeros de trabajo por el fin de año, seguramente la zona abdominal indicará que hubo ciertos desajustes.

En un artículo de hace un tiempo publicado por la BBC, me llamó la atención el título y cómo con consejos simples y sin hacernos sentir tan culpables nos anima a pensar en el día después de la fiesta. 

Mientras te compartimos las líneas del artículo, te animamos a que dispongas un tiempo de tu semana para que en el momento de la ejercitación y aplicación de los consejos le puedas dar gracias a Dios por tu vida.

1- Considera abstenerte

Aunque la idea de abstenerse de alcohol en enero se ha convertido en una costumbre regular para muchos bebedores, no hay mucha evidencia de que tenga beneficios a largo plazo. Sin embargo, una investigación de la revista británica New Scientist ha dado algunas pistas interesantes al respecto.

En un estudio conjunto con la Escuela de Medicina de la universidad británica University College London, 10 periodistas de la revista se abstuvieron de tomar alcohol por un mes. Todos registraron un 15% de reducción de la grasa en el hígado que causa una serie de enfermedades hepáticas, además de una reducción del nivel de colesterol y de glucosa en la sangre.

La evidencia es preliminar, y el profesor Rajiv Jalan, de la universidad londinense, enfatiza que abstenerse en enero no puede compensar por 11 meses de excesos. Pese a eso, una investigación de la Universidad de Sussex encontró que abstenerse el primer mes del año también ayudó a reducir los niveles de consumo en los meses restantes, en una muestra de estudiantes. La investigación fue financiada por la organización de beneficencia Alcohol Concern (Preocupación por el Alcohol).

2- No te dejes engañar por los superalimentos

Para unos es una dieta de jugo de limón, pimienta roja y savia; para otros es quinoa, té de raíces de diente de león, mora azul y algas. Para muchos, estos “superalimentos” tienen el potencial de vaciar el cuerpo de sustancias químicas dañinas, mejorar la condición de la piel y del pelo, y lograr una cintura más delgada.

Pero en realidad, los estudios científicos aún no dan pruebas convincentes de que estas dietas «detox» o de desintoxicación puedan eliminar contaminantes en el cuerpo. Incluso los supuestos beneficios de los antioxidantes, que por mucho tiempo se pensaba que prevenían el cáncer, están en duda.

Si buscas alcanzar un peso equilibrado y tener una vida más larga y saludable, la mejor opción sigue siendo una dieta balanceada y moderada, rica en frutas, vegetales, pescados y carbohidratos no procesados.

3- Gana músculo

Aunque la fisicultura puede parecer un asunto de gente obcecada con el gimnasio, levantar peso debe ser parte de la rutina de ejercicios de todos. Esto se debe a que músculos más saludables ayudan a reducir problemas como la resistencia a la insulina, que causa diabetes y enfermedades cardíacas.

Eso se aplica a todos, sin importar cuál sea tu peso. Las personas con sobrepeso que realizan ejercicios para fortalecer los músculos tienen el mismo riesgo de ataques cardíacos que gente más saludable. Estos ejercicios ayudan también a bajar la presión sanguínea y se piensa que son particularmente beneficiosos para las personas mayores, que pierden masa corporal más rápidamente.

Alternar aeróbicos con ejercicios para fortalecer los músculos es la forma más eficiente de controlar el peso y proteger el corazón.

4- No te sientes tanto

Aun cuando te ejercites regularmente, no permitas que la satisfacción de haber hecho tu rutina te lleve a la complacencia. Un estudio encontró que la mitad de las mujeres que se ejercitan en realidad ganan peso, quizás porque sienten que hacer ejercicios les da licencia para mantenerse menos activas después de la rutina. El hecho es que los ejercicios regulares, aunque buenos, no pueden por sí solos contrarrestar los efectos adversos de una vida sedentaria.

Sentarse por períodos largos, en vez de, por ejemplo, entretenerse haciendo cosas en el jardín, permite que se acumule glucosa y grasa en la sangre, y genera picos en la generación de insulina. Y todo esto puede contribuir a problemas de largo plazo con el metabolismo.

Las consecuencias dan mucho qué pensar: un estudio sugiere que después de los 25 años, cada hora mirando televisión le cuesta a una persona 22 minutos de vida. Con esto, su expectativa de vida se reduce en cinco años, aun si la persona se ejercita con cierta regularidad. Actividades como leer, escribir o los juegos de video tienen el mismo efecto.

Una solución es adoptar pasatiempos más activos y si pasas mucho tiempo trabajando en un escritorio, puedes contrarrestar los efectos parándote y haciendo una corta caminata cada veinte minutos, para limitar los potenciales daños de largo plazo.

5- No te culpes

De alguna forma, nuestras resoluciones de principios de año constituyen un triunfo de la esperanza sobre la experiencia: sólo 8% de las personas cumplen esos propósitos. Quizás es porque somos demasiado ambiciosos y nos juzgamos muy duramente cuando no logramos cumplir con esos estándares tan altos.

Los psicólogos señalan que la culpa puede tener un impacto en nuestra conducta y lleva a más tentaciones y a boicotear nuestras propias metas. Mientras tanto, si disfrutas de la ocasional indulgencia, eso puede ayudarte a recargar tu capacidad de autocontrol.

De manera que aunque tengas intenciones de someterte a una rigurosa abstinencia, asegúrate de dejar espacio también para un poco de ciertos placeres. 

Casado con Rosana y son padres de tres niñas. Profesor nacional de Educación Fisica, egresado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Autor y pastor/misionero de Grain of Wheat International y su iglesia local. Integrante del equipo de liderazgo del Global Children Forum y de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas (Aciera)