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Carlos Gallegos, una vida marcada por la mano de Dios

Es un músico estadounidense de familia hispana, que recientemente lanzó su disco debut Mi Voluntad Perfecta, un material grabado durante la cuarentena por covid-19, el cual pasó por un proceso en que el cantante atravesó la dura enfermedad. Es co-fundador del sello discográfico 418 Record. Ha compartido escenario con importantes artistas como Juan Carlos Alvarado, Rabito, Barak, entre otros. La Corriente dialogó con el artista acerca de la creación de su más reciente material y cómo está influenciado por su relación con Dios.

Carlos nos relata que comenzó ayudando a muchas iglesias locales en la ciudad de Houston, Texas, a construir sus grupos de alabanza: «Ya cantaba mis propias canciones y hay muchas iglesias en Houston en donde las cantan, entonces me preguntaron si tenía material y siempre respondía que no, porque todavía no era el tiempo, hasta que surgió la necesidad de grabar».

LC:¿Cuándo nace tu amor por la música?

CG: Comenzó desde los seis años, mi mamá nos llevaba a la iglesia y me encantaba ver el grupo de alabanza. Pero parte de mi experiencia con la música y Dios se debe a que mi padre era muy abusivo con nosotros, a mi mamá la maltrataba físicamente cuando llegaba la casa borracho y drogado. Entonces yo corría a encerrarme en mi habitación y trataba de hacer todo lo que veía en la iglesia, solamente cerraba los ojos y comenzaba a orar y alabar a Dios. Mientras todo ese abuso sucedía en la casa, la atmósfera era fea pero yo cerraba los ojos y entraba en la presencia de Dios. Nosotros somos cinco hermanos y sufrimos bastante pero para mí mi amor por la música comenzó allí.

Yo le pedía al Señor que me diera ese don de poder adorar, yo quería cantar y yo le dije a Dios, “Señor, dame una voz para cantar, quiero cantar bien, quiero que me uses de esta manera», y cada vez que cerraba los ojos veía muchísima gente adorando a Dios junto a mí.

LC: ¿Cómo los ayudó Dios a superar esa situación en la familia?

CG: Mi papá se fue de la casa cuando yo tenía ocho años y entonces se puso difícil la situación para nosotros, porque en Chicago se requiere mucho dinero para vivir. Para una madre soltera era difícil. Por una parte fue un alivio que ya no estuviera papá, pero, a la vez, mi mamá no encontraba trabajo y entró en depresión. Perdimos el apartamento y vivimos en un auto, dormimos en pisos fríos y en condiciones muy difíciles para niños chiquitos. Durante muchos años pasamos situaciones difíciles, incluso hubo días de no comer.

Mi mamá se iba a buscar trabajo y nos quedábamos solos mi hermano y yo, salíamos a la calle a pedir comida y eso era algo muy traumático para un niño. Yo recuerdo que pedimos afuera de una tienda si nos podían dar 20 centavos, porque eso costaba un pan, y ese pan lo repartíamos entre todos; para ir al baño caminábamos hasta el McDonalds.

Eran tiempos difíciles pero estábamos muy unidos entre esas tribulaciones, y vivíamos por fe. Mientras todo esto sucedía, mi madre jamás dejó de llevarnos a la iglesia, nunca. Íbamos cada domingo a la reunión, también a las reuniones de oración de los miércoles, al servicio los lunes, y el viernes teníamos vigilia y nos quedábamos hasta las cinco de la mañana, entonces la iglesia era todo para nosotros y nuestra vida giraba al rededor de la iglesia. Mientras todo eso pasaba mi amor por la música creció y creció.

Las alabanzas me llevaban a un lugar profundo, a la presencia de Dios, desde niño, y yo así fue como el espíritu Santo tocó mi corazón.

Carlos Gallegos

Hubo momentos en que vimos la mano de Dios de una manera sorprendente y sobrenatural. Yo vi con mis propios ojos la provisión de Dios de una manera poderosa, recuerdo que un día no teníamos nada para comer y aun así mamá nos sentó a la mesa con todos los platos vacíos, como si fuésemos a comer y comenzó a orar sobre los platos, decía “Señor, gracias”, y nosotros nos mirábamos y decíamos “¡qué locura!» Pero al terminar la oración tocó la puerta un hermano de la iglesia que nos trajo mucha comida y dijo “El Señor me dijo que trajera todo esto».

En otra ocasión estábamos en el estacionamiento de una tienda de comida, no teníamos dinero y mamá me dijo «Carlos, no sé cómo le vamos a hacer pero vamos a orar para que Dios provea para el día de hoy», al terminar la oración cayó del aire un billete de $50, y esas son cosas que la gente dice “no, estás loco”, pero a mí no me importa, por eso mi fe en Dios es muy fuerte. Mucha gente vino a Dios porque les habló y todos tenemos nuestra experiencia, pero mi experiencia con Dios es algo sobrenatural, yo vi la mano de Dios, como Él nos cuidaba, cómo nos liberaba de tantas situaciones.

En un momento mi mamá había encontrado un trabajo más estable, pero todavía no teníamos casa y nos tocó vivir en un refugio para familias; para mí fue el mejor lugar, allí sentía que estaba en casa por primera vez, tenía 11 o 12 años y me encantaba porque teníamos tres comidas al día y nuestra propia cama, aunque vivíamos en un cuarto. Mi mamá comenzó a recibir terapias para poder avanzar.

Luego de eso la vida nos mejoró, nos dieron una casa con la renta pagada por más de seis años y aunque cuando nos mudamos allí no teníamos muebles, mi madre fue orando por cada habitación agradeciendo específicamente por cada uno y oraba todas las noches dándole las gracias a Dios por todo lo que Él estaba haciendo, y un día, al regresar de la iglesia, el garaje estaba lleno de muebles; mi mamá no paraba de dar gracias a Dios, y mientras todo esto estaba pasando yo iba a mi habitación y adoraba a Dios.

No era el niño promedio que le gustaba salir a jugar afuera con todos, prefería encerrarme por horas adorando al Señor, ése era mi lugar favorito. Así fue mi rutina hasta los 13 años, cuando descubrí que podía cantar.

LC: Después de haber atravesado eso de la mano de Dios ¿Cómo creés que influyó en el Carlos que sos hoy?

CG: Creo que si no hubiese atravesado todo eso no sería quien soy. Hoy tengo amor para ayudar a las personas y eso me gusta. Es a lo que yo me dedico, me gusta ayudar a mucha gente, especialmente a niños y a madres solteras. No cuento mucho de esto pero envío ayuda a países como Colombia o Guatemala, útiles escolares, ropa, comida y lo que sea que pueda ayudar.

«para mí es más valioso poder ayudar a alguien con necesidad que componer mil canciones».

Carlos Gallegos

Ese proceso que yo pasé fue tremendo. Viví cosas difíciles de contar, pero, gracias a Dios, Él me liberó. Y hoy en día puedo enfrentar la vida de una manera distinta, he pasado por tantas cosas que a mí no me molesta sufrir, porque sé sufrir, me da igual tener y no tener, para mí es lo mismo tener una casa grande o no tener una casa grande. Yo estoy agradecido con Dios por que lo tengo en mi corazón.

El espíritu Santo siempre me recuerda “Yo soy el que te cuida, yo soy tu padre”, y para mí Dios es todo.

Lo que viví me ayuda el día de hoy porque son experiencias muy fuertes, porque yo sé de quién depende mi vida, y esto no es algo que alguien me contó, yo experimenté el Dios de la Biblia. Todo esto me ha ayudado a mantenerme humilde y mantener mi mirada en Cristo. 

LC: Contame un poco acerca de tu último disco. ¿Cómo fue el proceso de grabación?

CG: Duró toda la pandemia, desde diciembre del 2019, que yo escuché de parte de Dios, justo cuando mi esposa estaba dando a luz a nuestro bebé, que Él me dijo “vas a grabar un disco y se va a llamar Tu Voluntad Perfecta«. Estuve esperando años y llegó un momento en que mi único enfoque era solamente servir a Dios como lo mejor que se puede hacer y Dios me estaba diciendo que era tiempo de grabar.

Fue increíble porque Dios me dio todas las canciones en una semana, así que gracias a un amigo me junté con el productor Chris Rocha (productor, ganador de varios Latin Grammys y Dove Awards) y comenzamos una gran amistad, así grabamos durante todo el año de cuarentena, pero en agosto del 2020 enfermé de coronavirus y pasé un tiempo muy difícil porque me pegó muy fuerte.

La estaba pasando muy mal con la enfermedad y le dije al Señor ¿por qué no me respondes? ¿por qué no me sanas? Y ya estaba dispuesto a dejar este mundo, de tanto dolor que tenía. Había una enfermera a mi lado esperando el momento en que deje de respirar, pero Dios me dijo en esa cama del hospital “adórame”, quiero que me adores en medio de esta tormenta, “¿me puedes adorar?” Y de repente me sentí muy pequeño y decidí soltar todo. Me puse a adorar a Dios y se llenó el lugar de su presencia; fue un momento muy personal con el Señor porque yo necesitaba ser quebrado, así que vi ese tiempo como un proceso para mí, por eso le doy gracias a Dios, porque Él lo permitió.

Muchas veces nos preguntamos por qué pasan las cosas y queremos condicionar a Dios, pero Él es soberano, nosotros no le decimos a Él lo que tiene que hacer, nosotros no mandamos, Él nos va a permitir pasar por momentos difíciles para recordarnos que dependemos de Él y que Él está al control, aunque a veces se nos olvida. Dios me sanó, yo salí del hospital y regresé al estudio a los tres meses porque no podía cantar, ya mi respiración no era la misma, y hasta el día de hoy estoy en recuperación.

LC: A partir de ahora ¿qué se viene?

CG: Estamos organizando giras, tenemos varias presentaciones con artistas como Barack, Juan Carlos Alvarado, Rabito, entre otros. Ya tenemos muchos conciertos confirmados, y esto es lo que sigue: llevar este mensaje a quien lo necesite en muchas ciudades y, Dios mediante, para el año que viene estamos preparando una gira internacional.

LC: ¿Cuál es la expectativa que tenés con este disco?

CG: Transmitir ese mensaje de la voluntad perfecta de Dios, eso es lo más importante, y que este disco ayude a las personas a entender que no se trata de nosotros. Que el disco los lleve a entender la voluntad de Dios que es perfecta, no importa lo que deseas, no importa lo que estés pasando, Dios está en control y Él ya tiene un plan superior y perfecto.

Realmente es difícil poner nuestros sueños en Dios. Pero lo mejor que podemos hacer es llegar a un punto en donde todo lo que queremos lo ponemos un lado y le decimos al Señor, “no me importa lo que estoy deseando, lo pongo en tus manos y si tú quieres hacer algo con eso, hazlo, que yo me voy a enfocar en tu visión y en lo que tú quieres.

«Dios busca llevarnos a una dependencia de Él y si dependemos de nuestro talento o de las conexiones, no vamos a ser bendecidos».

Carlos Gallegos

LC: Hay muchas personas que están pasando situaciones parecidas o peores y que están luchando con la pobreza, con enfermedad, abandono, abusos, ¿Qué les podrías compartir a esas personas?

CG: Algo que me ayuda bastante cuando me encuentro en tiempos difíciles es recordar que todo es temporal. Los problemas, las dificultades, todo lo que estamos viviendo es temporal, y tiene su fin, especialmente nosotros tenemos un fin. Para algunos será mañana; para otros, en 20 años o más, pero todos tenemos nuestro final. Lo importante es saber que nuestro futuro es hermoso y nadie nos puede quitar eso. Los que ponen su fe en Dios tienen una esperanza viva, así dice la Palabra de Dios.

Es mejor descansar en Dios y saber que Él tiene todo el control. Si estás enfermo, Dios te va a sanar, puede ser aquí en la tierra o allá en el cielo con Él, pero al final Dios va a sanarte. Dios es fiel, suficiente y no nos va a dejar, Él sabe lo que necesitamos, nada más hay que enfocarnos en lo principal que es Su reino. Si estás cansado, busca el reino de Dios, si estás en dificultades, busca en Dios. Y espera en Dios.

Rodrigo Acosta
Rodrigo Acosta
Escritor, redactor, músico, productor y compositor argentino. Forma parte de la banda Fila 9 desde el año 2016 como bajista y segunda voz.

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