El 6 de febrero de 2025, el gobierno argentino aprobó un decreto histórico que prohíbe la aplicación de tratamientos hormonales y quirúrgicos a menores de edad.
Esta decisión de la aprobación del decreto N° 62/2025 ha sido celebrada por diversos sectores de la sociedad que advierten sobre los posibles daños a largo plazo de estos tratamientos, que incluyen la inhibición de la pubertad, hormonización y cirugía de reasignación genital.
La medida se da en un contexto de creciente debate sobre el acceso de los menores a tratamientos relacionados con la identidad de género, un tema que ha generado diversas opiniones y controversias en distintos países. En este sentido, países como el Reino Unido, Estados Unidos, Suecia y Finlandia han tomado medidas similares en los últimos años, restringiendo los tratamientos hormonales en menores tras estudios que evidencian efectos adversos en la salud física y mental de los jóvenes.
En Argentina, la decisión ha sido respaldada por organizaciones que defienden el interés superior del niño, entre ellas la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA). En un comunicado oficial, la entidad celebró la medida y subrayó su preocupación por los daños irreversibles que podrían causar estos procedimientos.
ACIERA también hizo referencia a estudios internacionales, como el informe de la Dra. Hilary Cass, que analiza el impacto de los tratamientos en niños y adolescentes, y señaló que, al igual que otros países, Argentina está tomando una postura más cautelosa frente a estos tratamientos.
“Desde ACIERA, entendemos que la prioridad debe ser el bienestar integral de los menores, protegiendo su salud física, psíquica y emocional. También resaltamos la importancia de acompañar a los niños que atraviesan situaciones de conflicto con su identidad sexual, con amor, respeto y una atención médica adecuada”, comentó la organización en su declaración.
Además, la ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes (Ley 26.061) establece la obligación de resguardar el interés superior de los menores, y en este caso, la prohibición de tratamientos hormonales en menores de edad se enmarca en esa premisa.
La comunidad cristiana y muchas iglesias en el país han expresado su apoyo a la medida, citando principios bíblicos como Proverbios 22:6: “Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.” Encarando la importancia de la responsabilidad que tenemos en la crianza y acompañamiento de los niños.
Y sin olvidar un versículo clave de las Escrituras que parece totalmente olvidado en estos tiempos, Jeremías 1:5: “Antes de formarte en el vientre ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado.”
En todo caso, este decreto marca un cambio significativo en las políticas públicas en Argentina, generando un debate sobre los derechos de los menores y el rol del Estado en la regulación de tratamientos médicos relacionados con la identidad de género. Mientras tanto, el enfoque sigue siendo la protección y el acompañamiento integral de los niños, con una mirada crítica y protectora hacia su salud y bienestar.