Nuestra energía renovable, la Biblia, día a día alumbra nuestra senda.

Estamos en el mes de la Biblia, y qué bueno recordar que en este mundo a oscuras tenemos una luz que nos alumbra el camino. La Biblia nos dice de sí misma: «Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero». Salmo 119:105. 

La palabra del Señor es esa luz que al encenderla por primera vez en nuestra casa (corazón), nos ayuda a ver qué tan desordenada y sucia estaba sin Dios. Gracias a ella es que entendemos hacia dónde debemos ir, y qué debemos hacer. 

También podemos imaginarla como una linterna, la cual allá afuera, en el día a día de este mundo a oscuras, nos ayuda a alumbrar con las verdades de Dios cada lugar por dónde pasemos. Y así también, directa o indirectamente, alumbrar el camino de aquellos que sufriendo a diario esta oscuridad no ven ni siquiera por dónde van. Somos llamados a alumbrar, primero nuestros propios pasos, y en consecuencia los pasos de los demás.

 “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”.  Mateo 5:14-16.

 El mundo sufre un apagón permanente y nosotros tenemos la luz necesaria para alumbrarlo, la Biblia.

Mi nombre es Jonathan Pérez, soy dibujante y escritor autodidacta. Hace quince años que me desarrollo en el ámbito artístico, dentro y fuera de la iglesia, exponiendo en galerías y dibujando para distintos medios. Junto con mi esposa abrimos un taller de arte creativo, a la vez que trabajamos en la iglesia con adolescentes y jóvenes.