Andrés Ferreira cuenta con una trayectoria de más de 17 años trabajando y produciendo dentro de la industria de la música cristiana y secular. Su inigualable voz y su talento le han llevado a participar en diversos proyectos como cantante, compositor, productor musical y vocal, y actualmente está desempeñado la función de productor vocal, ministro y líder de alabanza y adoración para la iglesia Saddleback Church del pastor Rick Warren, en California, EE. UU. Entre sus clientes aparecen nombres como Ricardo Montaner, Cristian Castro, Patricia Sosa, Tim Davis, Amanecer, Luis Jara, Luis Pedraza, Neos Worship, entre otros artistas.

En 2017 tomó la decisión junto a su esposa de dar el gran paso y comenzar de cero, en otro país, con otra cultura y en otro idioma. ¿Pero por qué? La llama que Dios enciende, nos explica, es más fuerte que cualquier miedo, duda y sobrepasa todo entendimiento y raciocinio.

La Corriente: ¿Cuándo comienza la inquietud de hacer un cambio en tu vida?

Andrés Ferreira: Hace 9 años atrás estábamos realizando un ciclo de conciertos para Navidad en Los Ángeles, California, con mi banda Amanecer Vocal Group. Para el último concierto una persona perteneciente al ministerio profético se me acercó y me dio una palabra: “Tú vas a estar liderando en unos años un ministerio de adoración orientado a la juventud que impactará a toda Latinoamérica, pero no será con tu banda Amanecer, será viviendo aquí en California y de aquí bajará a toda América Latina”.

En ese momento no dimensionaba esta palabra ya que estábamos en el mejor momento como grupo, predicando de Dios en varios países, participando en campañas con pastores como Dante Gebel y Luis Palau, entre otros y, si bien viajábamos entre 4 y 5 veces por año a los EE. UU., nunca me imaginé viviendo en otro país.

Esa palabra quedó guardada en algún lugar de mi corazón, y luego de varias confirmaciones milagrosas de esas que son innegablemente de parte de Dios, en el año 2016, luego de una gira a Los Ángeles, al volver a mi país, Argentina, y al pisar el aeropuerto, Dios trajo una palabra a mi mente, clara y audible que cambió algo en mi mente y corazón.

Él me dijo: “De ahora en más eres extranjero en esta tierra”. Me acuerdo que estaba en el lobby del aeropuerto esperando por mi esposa para que me recoja. Estaba atónito, nunca había sentido algo así. Pero fue algo que trajo paz, no había duda, era lo que debía hacer. Cuando tuve la posibilidad de contarle esto a mi esposa, ella me confesó que había estado orando durante un año por esto mismo, que sentía lo mismo que yo estaba sintiendo. Fue más que clara la respuesta.

L.C.: Les comentaste a tus allegados tu decisión? ¿qué dijeron?

A.F.: Todos estaban muy asombrados al principio, pero a la misma vez nos apoyaron en todo. Mucho amor y soporte y lo más lindo es ver cómo alguno de ellos se acercó a decirnos frases como “para mí era un hecho que ustedes iban a terminar trabajando full-time para el ministerio y que estarían viviendo en los Estados Unidos”.

L.C.: ¿Alguna vez te replanteaste volver atrás?

A.F.: Todo migrante o inmigrante se plantea tanto como “si estoy haciendo lo correcto o si hice lo correcto”. Creo que es parte del proceso y ya sabíamos que íbamos a pasar por eso también, así que nos sirvió para estar preparados. El replanteo o la duda no son aliados de los sueños de Dios, van por caminos separados. El amor y la comunidad que encontramos en la iglesia Saddleback fue el salvavidas que Dios nos había dejado preparado para esos momentos.

L.C.: ¿Cómo estabas tan seguro de seguir un llamado y no un deseo propio?

A.F.: Va a sonar loco, pero todo el tiempo estuve luchando con Dios para no hacerlo. Siempre tenía planes B, siempre escapaba de lo que sé que Dios me llamaba a hacer. Lo que estaba haciendo de seguro no era mi deseo. Con mi grupo musical Amanecer estábamos viviendo una temporada hermosa, teníamos nuestra empresa, estábamos construyendo nuestra casa. Así que no era mi deseo en lo absoluto. Era una prueba que estiraría mi fe como nunca antes. Cuando avancé, vi cómo milagrosamente Dios abrió no dos, sino cientos de puertas. Alguien una vez me dijo: “cada paso en la vida se basa en la pregunta ‘esta decisión me acercará más a Dios?’”.

«He caminado suficiente con Dios como para saber cuándo Él está obrando el terreno milagrosamente».

Andrés Ferreira, músico

L.C.: ¿Qué significa ser un adorador en espíritu y verdad?

A.F.: Estoy convencido de que los adoradores están espiritualmente conectados con lo que Dios habla y mueve. Una expresión de adoración sin conexión espiritual (comunión) es vacía. Cuando hablamos de ser un adorador verdadero hablamos de un adorador que trata de vivir lo que canta (digo trata porque nadie es perfecto) pero que, a la vez, su vida se basa en los fundamentos y valores que son dignos de un hijo o hija De Dios.

L.C.: ¿Un líder de alabanza debe prepararse teológicamente?

A.F.: No necesariamente (ya veo a todos los cristosaurios mandándome cartas de denuncia, jaja) la preparación teológica no evita que seas un mal líder de alabanza. Creo que la comunión con el padre y el deseo de vivir en Su Palabra día y noche hacen más que 20 títulos teológicos en manos de un adorador dispuesto a dejarlo todo por el ministerio y seguir a Jesús. Yo particularmente dediqué toda mi vida al ministerio y recién hace dos años decidí comenzar con mis estudios de seminario, porque sí creo que un líder comprometido es un líder que constantemente busca crecer en todas sus áreas. Lo vemos claro en la parábola de los talentos.

«Si prepararse teológicamente hará que nuestras capacidades de liderazgo y de hacer nuestra tarea crezcan, ¡entonces ve por ello!»

Andrés Ferreira, músico

L.C.: ¿Creés que la iglesia necesita actualizarse más en cuanto a su música?

A.F.: Creo que la iglesia debe actualizarse en la visión y estructura de sus equipos de alabanza. Tuve la posibilidad de viajar cantando por toda América Latina en iglesias de diversas denominaciones. Lo he visto todo. Yo crecí en una iglesia donde si no era con piano, adorábamos a capela. El espíritu actuaba, las personas eran movidas, y Dios se manifestaba en todas las formas y estilos. Pero en toda mi experiencia vi solo unos pocos casos donde hubiese un equipo de adoración con una estructura sana ministerial, y esto es más peligroso que solo cantar himnos o asistir a una iglesia donde se toque heavy metal. Y ahí es donde nuestros equipos de queman, nuestros líderes abandonan, el equipo se desmotiva, el pastor es el que elige el repertorio, el equipo se siente abandonado por la cabeza pastoral, nunca hay presupuesto para cambiar el equipo de sonido de los años 70, y un sinfín de cosas más. 

“Mi misión y la de mi esposa es poder ayudar a los diferentes ministerios a tener un propósito y visión clara del por qué, del qué y del cómo adorar”.

Andrés Ferreira, músico

L.C.: ¿Cómo componés tus canciones? ¿Qué te motiva y cómo nace una canción para Dios?

A.F.: Siempre fui una persona que compuso canciones tratando de dar una dimensión nueva desde lo musical y lírico a lo que se suele escuchar. Me gusta tocar temas bien humanos, pensando en qué pensaría una persona que no conoce a Dios al escuchar. Me encanta experimentar con ritmos nuevos y modernos porque debemos componer música actual. Generalmente me motivan escrituras o pasajes bíblicos, experiencias personales, beats que se me ocurren o melodías que invento. Pero mis mejores canciones realmente no sé cómo llegan, Dios las da, es difícil de explicar.

L.C.: ¿Cómo se logra o qué tenés que tener en cuenta para que tu música le guste a personas de diferentes edades?

A.F.: Creo que la autenticidad en la composición lírica e instrumental, la originalidad en la creatividad, el ser fiel al corazón de lo que se compone trasciende edades, géneros y prejuicios.

L.C.: ¿Estás trabajando en algún nuevo material?

A.F.: ¡Así es! Acabo de sacar mis dos singles, “Sigo” y “Me verás caer”, pero estoy preparando otras cuatro canciones con invitados especiales. Lo estoy produciendo con amigos aquí en Los Ángeles y lo está mezclando el ex director musical del grupo “Sin Bandera” y dos veces ganador de Grammys, Arturo Media.

L.C.: ¿Nos podés dar alguna primicia?

A.F.: Estamos lanzando un álbum en septiembre con Saddleback Worship donde Dios me permitió producir, escribir y cantar canciones, pero a la vez proyectando la versión en español que se lanzará el año que viene.

L.C.: ¿Por donde debería comenzar un músico para concretar su llamado?

A.F.: Por arrodillarse, como siempre digo: “los sueños de Dios están a una oración de distancia”.