La pastora se presentó como aspirante al cargo en la provincia de Tucumán.
La integrante de la Junta Promotora Nacional de Una Nueva Oportunidad (UNO), un espacio político federal, buscará representar a la comunidad de su provincia luego de las elecciones del próximo 8 de marzo. La funcionaria evangélica dialogó con La Corriente.
Ana Valoy explicó cuál fue la motivación que la impulsó a presentarse como candidata “cuando escuché esta convocatoria decidí postularme porque creo que se necesitan personas que puedan ser lo más críticas posibles respecto al gobierno de turno para poder hacer bien la tarea, como es la de un organismo de control para proteger al ciudadano”
“En los derechos de los ciudadanos están todos incluidos, las mujeres, los niños, los consumidores, los ancianos, los discapacitados, absolutamente todos”.
Ana Valoy, integrante de la Junta Promotora Nacional de Una Nueva Oportunidad (UNO)
La titular del Observatorio de Familia del partido de Yerba Buena, buscará reemplazar a Fernando Juri Debo, quien está próximo a finalizar su mandato iniciado en marzo de 2016. La normativa provincial establece que el Defensor del Pueblo “durará cinco años en sus funciones y puede ser reelecto”.
Trayectoria y propuestas
La pastora de la iglesia Casa de Transformación, fue candidata a la Defensoría Nacional de Niños y Adolescentes y es autora de un proyecto de ley para la creación de una defensoría similar en su provincia. En relación a esto destacó: “me motivó la postulación porque yo ya vengo en un interés claro respecto a lo que es participar en defensorías porque son organismos de control, los cuales deben de verdad defender al ciudadano frente a la misma administración estatal”.
Con respecto a sus principales propuestas, destacó la incorporación de medidas y estrategias de comunicación e incorporación de tecnologías y remarcó “éstas, hacen que el Estado pueda ser más eficiente tanto para recibir la demanda de los ciudadanos, como para dar una respuesta eficaz”.
Los cristianos en la política
Ana Valoy argumentó que, desde sus orígenes, el cristianismo significó “un involucramiento para la transformación integral del ser humano, y eso también tiene que ver con vivir una vida en paz en sociedad, en democracia, en justicia, en verdad, y para eso la manera de transformar es participando”.
Aunque entiende que debe haber una participación activa del pueblo evangélico en las esferas de gobierno, sugirió “hay que hacerlo de una manera intencional y estratégica como parte de nuestra responsabilidad civil, no por una cuestión religiosa”.
La candidata a la Defensoría del Pueblo de Tucumán entiende que las dificultades del pueblo cristiano para ingresar a trasmitir valores en el terreno de la política “cuesta tanto porque hay una visión separatista donde se disocia y se piensa que la vida espiritual va en una vía paralela a la participación ciudadana, como si una cosa no llevara a la otra”.