Ha sabido superar a Usain Bolt en oros mundiales, tiene diez medallas olímpicas y es la atleta más ganadora de los Estados Unidos.

En su dilatada carrera deportiva, la “súper olímpica” Allyson Felix, de 36 años, ha apostado por juntar el atletismo de alto nivel con la maternidad, estuvo a punto de perder la vida en el parto y también se enfrentó a Nike por sus políticas contrarias a las deportistas que desean tener hijos. Además, fundó su propia marca para las mujeres que quieren ser madres. Y su lucha tiene una única meta: “ser cada día más como Cristo”.

Allyson nació en Los Ángeles un 18 de noviembre de 1985, fue criada en una familia cristiana de California y desde joven pudo profundizar en su fe junto a su padre, quien en aquel entonces era profesor de seminario cristiano.

Con tan solo 16 años, Allyson ya era campeona juvenil del mundo en 100 metros lisos. Desde que debutó con 18 años en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, la atleta admite que su talento es “un regalo de Dios y quiero usarlo lo mejor que pueda para glorificarlo”.

Allyson-Felix

“La fe dirige mi vida”, dijo a Los Ángeles Times. “Es la razón por la que corro, y siento que he sido bendecida con este regalo. Es fácil quedar atrapado en las victorias y la rutina del deporte profesional, pero la fe me ayuda a ver que hay un propósito mayor”, remarcó

“Durante la mayor parte de mi vida, me concentré en una sola cosa: ganar medallas. Y era buena en eso”, explicó al contar su historia en el New York Times. Y sus números hablan por sí solos, entre 2005 y 2022 suma 6 oros olímpicos (Pekín, Londres y Río), 3 platas (Pekín, Atenas y Río) y 1 bronce en Tokio 2020, además de 14 oros en campeonatos mundiales, en las especialidades de 200, 4×100 y 4×400 metros lisos. 

La atleta en su convicción cristiana, finalizó: “Mi carrera es un regalo asombroso de Dios y quiero usarlo lo mejor que pueda para glorificarlo. Tienes que tener esta pasión y tienes que tener una razón para hacer lo que estás haciendo. Y realmente tiene que haber un propósito, creo que eso es lo que impulsa el éxito. Sé que mi talento proviene de Dios. Y ese es mi propósito: correr para glorificarlo”.

Pero en 2018 Allyson amplió sus miras y decidió comenzar un sueño que a priori parecía una locura: quería ser atleta profesional y madre.

“Creemos en las mujeres y en las niñas”, le dijo a Allyson una de las directivas de Nike, y aquel comentario la convenció para firmar un contrato de patrocinio con la empresa. Fue años después cuando supo que nada de eso era cierto. Cuando en 2018 Nike conoció el embarazo de Allyson, “fue un momento aterrador”.

“La cultura sobre el embarazo en el atletismo es el silencio. Quedas embarazada y lo ocultas. Llegas a sentir que estás arriesgando demasiado cuando todo tu sustento depende de ello”. Para evitar problemas, la atleta llegó a competir estando embarazada de ocho y nueve semanas.

Aquel año, la atleta estaba negociando con Nike una renovación del contrato que había terminado en diciembre de 2017. La trayectoria personal de Allyson y su meteórica carrera no fueron suficientes para que la corporación exigiera implacable el cumplimiento íntegro de las cláusulas del contrato. Debido al embarazo, le redujeron el 70% de los beneficios que le correspondían. Allyson podría haber rechazado la propuesta e incluso haberse cambiado de sponsor, pero decidió luchar.

“He hecho muchas colaboraciones con Nike, pero soy una madre y no puedo callarme más. No voy a ceder en temas de maternidad. No porque quiera tener más hijos, sino porque no es lo correcto, también para las mujeres que vengan después de mí, con Cristo todo es posible”.

Allyson Felix

Cuando su embarazo alcanzó la semana 32, un chequeo rutinario encendió todas las alarmas. Allyson tenía un cuadro de eclampsia severa, que hacía peligrar la vida de madre e hija. “Todo se vino abajo rápidamente”, comentó. Trasladada de inmediato al hospital, fue intervenida mediante una cesárea de urgencia, por lo que su hija Camryn nació pesando poco más de 1500 gramos.

La fe fue un pilar en el que la atleta se apoyó para sobrellevar la situación. “Muchas veces quieres que la fe sea la respuesta a todo. Hay momentos reales que son muy difíciles, pero me ayudan a aprender una lección, y es que hay un propósito o una razón por la que esas dificultades tienen lugar”, comentó.

Allyson-Felix

Poco después, Nike claudicó ante Felix y las atletas por la maternidad. “Si una atleta queda embarazada, Nike no volverá a aplicar ninguna reducción relacionada con el rendimiento en los 18 meses posteriores”, anunció el director corporativo de Marketing Global, John Slusher.

Pero dicha “victoria” ante el gigante deportivo no bastó para la corredora, ya que tiempo después anunció la creación de su propia marca, “Saysh” dirigida a “esa mujer que ha sido pasada por alto, o siente que su voz no ha sido escuchada. Toda mi experiencia para llegar a ser madre me ha ayudado a conocer a mi verdadero competidor: la desigualdad”

“Estoy aquí usando mi voz para crear un cambio para todas las atletas que quieren ser madres. Sin Cristo nada de esto hubiera sido posible”.

Allyson Felix

Su fe en Cristo es la pieza clave que la ha mantenido dentro de la industria del deporte. “Mi fe es definitivamente el aspecto más importante de mi vida. Llegué a conocer a Jesucristo como mi Salvador personal a una edad muy temprana. Desde entonces, me he esforzado continuamente por crecer en mi relación con Dios”, dijo Felix para Atletas en Acción.