Mucho se nos habló de que el tiempo es un recurso irrecuperable, que debíamos saber administrarlo y otras tantas cuestiones. Pero la pregunta es ¿administrar el tiempo de qué?
La agenda de un pastor está compuesta de reuniones improductivas; congresos innecesarios; juntas con personas improductivas; compromisos pastorales sin sentido; preparación de predicas; visitas pastorales; concejos pastorales; concejo de los concejos pastorales; almuerzo con el (apóstol, profeta, evangelista, pastor, maestro) tal, de la iglesia cual, de aquel país; reunión con el político que busca votos, etc.
Obviamente que estoy siendo exagerado con lo que escribo. Pero ¿no te sentiste identificado con alguno de estos puntos? De seguro muchas veces habrás estado en alguna de las situaciones que enlisté arriba, preguntándote “¿que hago acá?”. Te voy a decir algo que uno de mis mentores me dijo hace un tiempo, “no te quejes de lo que permitís”.
La vida se nos pasa y la pregunta correcta creo que debe ser «¿administrar el tiempo o vivir a/con propósito?». Porque ya no se trata del tiempo que gastás, sino de los resultados que producís. Y la máxima productividad no es acelerar los tiempos, es acelerar los resultados.
El tiempo ya no se mide por instantes, sino por momentos ¿Estás viviendo tu vida a propósito o dejás solo que el tiempo pase y llenas tu agenda de actividades para poder decir ‘qué ocupado que estoy’?
Estar ocupado no es ser productivo, llenar la agenda no te hace importante y puede no llevarte a ningún lado. Hoy en día no alcanza solo con el don pastoral, se necesita liderazgo. Un buen líder sabe a dónde va.
¿Qué es vivir a propósito?
Vivir a propósito es que ya no me relaciono por compromiso sino que me comprometo con mis relaciones. Ya no le doy tiempo a los vampiros de energía que solo están para chupar mis fuerzas.
Vivir a propósito es vivir desde el compromiso, y no desde la agenda. Es hacer que las cosas pasen, es estar dispuesto a pagar el precio de soltar aquellas cosas que solo te hacen perder tiempo.
Vivir a propósito es vivir desde la visión. Ahí está el punto clave de este tema ¿Cuál es la visión que Dios te dio? ¿la conocés? ¿la tenés escrita? ¿la conocen los que te acompañan? ¿la conocen tus amigos y tus colegas?, ¿tenés claro que la visión se vive en el presente?
En la época en la que estamos viviendo no se puede gestionar el tiempo desde nuestra agenda, debe gestionarse desde nuestra visión, desde nuestro propósito. Cuando logras esto, tu agenda pasa de ser un archivo ordenado de cosas improductivas a ser un lugar lleno de propósito y expectativa.
Cuando logramos gestionar el tiempo desde nuestra visión, suceden varias cosas:
- Hasta los tiempos de ocio, descanso y distracción son planificados y ubicados.
- Podrás ser pastor, líder, empresario, padre o madre de familia, esposo/a y más también.
- En nuestra agenda ya no habrá lugar para actividades improductivas, solo para aquellas que nos lleven hacia nuestra visión, cueste el tiempo que cueste.
- No habrá lugar a relaciones por compromiso.
- No haremos cosas desde la necesidad, sino desde nuestras convicciones.
Por esto es por lo que te animo a que te levantés cada mañana y vivas desde tu agenda llena de propósito, llena de visión. Así que te animo a que…
…dejes tu agenda de relación, para pasar a una agenda llena de visión y de propósito.
…en medio de este mundo dinámico, dejes de tener una agenda estática.
…no vivas más por compromiso y empieces a vivir con/a propósito.