Stella Urango, es atleta profesional de karate y representa a la Selección Colombia. Además de ser múltiple campeona Nacional e Internacional.
“Yo nunca busqué el karate, él simplemente llegó a mi vida, Dios me dió un talento y a través de Él se fueron abriendo puertas, me bendijo con resultados y cambió mi calidad de vida”, comentó la deportista. Por otra parte, desarrolla la profesión de Ingeniera Industrial con una especialización en Gerencia Financiera.
El primer encuentro con Jesús se dió en medio de una situación compleja que estaba pasando la karateca. Ella cuenta: “Conocí al Señor hace 4 años en un momento difícil de mi vida. Me encontraba sumergida en medio de una depresión por diferentes situaciones difíciles por las que estaba atravesando. Así que, una amiga me invitó a una la iglesia, primera vez que asistía a una iglesia cristiana”.
Pero este encuentro con Cristo tuvo un pequeño detalle, recuerda que ese primer día estaba sentada en la iglesia con una bota ortopédica, producto de una lesión en el tendón de Aquiles. Desde su pensamiento le preguntó al Señor si Él quería que ella se quedara en esa iglesia y a partir de ese momento comenzó a conocerlo más. Stella conoció a un Dios que veía inalcanzable. Ella sabía que Él escuchaba, pero no que hablaba y direccionaba.
La relación con Cristo comenzó en aumento, apenas inició hizo un pacto con Dios y le dijo: “Dios, te voy a dedicar dos horas de mi tiempo diario entre: oración, leer la palabra y momentos de adoración«.
«Esas dos horas empezaron a cambiarme, a medida que iba creciendo en el conocimiento de la palabra, mi mente se iba renovando, mi forma de pensar iba cambiando la forma de ver a Dios”, dice Stella.
Los cambios comenzaron a aparecer y esto hizo que su comunión con Dios deje de tener un momento determinado y pasó a ser durante todo el día. El ambiente espiritual de su casa comenzó a transformarse, empezó a tener visiones y a escuchar la voz de Dios mientras dormía. Entendió, por sobre todas las cosas, el significado de seguir a Jesús. Y comenta: “Ser cristiano no es una religión sino que es un estilo de vida, es reconocer a Cristo como mi único Señor y Salvador”.
Desde ese momento, cada día tuvo una forma diferente de comenzar, “Empecé a leer su palabra, a orar más y pasé de una religión con Dios a buscarlo a través de una relación personal y diaria. Y esa búsqueda me cambió la vida, la forma de pensar, de ver a los demás y verme a mi. Solo tenía que verlo a Él” -comentó Stella.
Urango comenzó a practicar karate cuando era adolsescente, luego continuó su curso con el deporte, pero en un principio no tenía pensado ser karateca, dice: “Me decidí por una invitación que me hizo mi entrenador, cuando entré a la universidad a estudiar Ingeniería Industrial. Empecé a los 18 años. Al inicio lo tomé como una simple actividad física pero a medida que iba practicando este deporte me iba dando cuenta del talento que Jesús me había dado, así que comencé a competir y Dios me ha dado muchos frutos, buenos resultados a nivel nacional e internacional. Él me ha bendecido y ha transformado mi vida a través del deporte”.
Stella es un milagro viviente producto de la mano del Señor en su vida, explica que: “A cuatro meses de mi conversión y creyendo que nada me iba a pasar porque Dios estaba conmigo me volví a desgarrar el tendón de Aquiles, no lo podía creer, le reclamé a Dios, prácticamente era el fin de mi carrera, viajé nuevamente a Bogotá a recuperarme sin saber si iba a poder regresar. Pero antes de viajar fui a la iglesia y recuerdo que Dios me habló a través de un profeta y me dijo: ¨Una operación más no volverá a tocar tu tobillo¨, creí y me fui para Bogotá con esa palabra”.
Al llegar al consultorio, el milagro se hizo realidad, “Cuando el ortopedista vio la resonancia me dijo ¨Tienes una ruptura, pero no te vamos a operar sino que te vamos a hacer un tratamiento para mejorar el tejido del tendón¨. Y así fue, a los meses me dieron el alta médica para la competencia, en tres meses tenía que ponerme en forma para competir en los Juegos Nacionales, el evento deportivo más importante de Colombia”.
Esos meses de entrenamiento no fueron agradables, hubo mucho sufrimiento y dolor. Stella oraba al Señor y le decía que el dolor era insoportable, ya no lo aguantaba, no podía seguir así. Pero su fe nunca se quebrantó y sentía que iba a ser campeona en esa competencia por una palabra que el Señor le había dado. Y Él cumplió Su promesa, fue campeona de los Juegos.
En la actualidad, Stella comentó “Ya estoy cerrando poco a poco mi carrera deportiva. Si es la voluntad de Dios competiré hasta los próximos Juegos Nacionales 2023 y le diré adiós a mi carrera competitiva”.
Por fuera del deporte, actualmente Urango es Directora Nacional del Ministerio Deportivo Atletas De Cristo Colombia, cuyo objetivo es llevar la Palabra de Dios a los atletas de rendimiento para que puedan llevar una vida sana y agradable a Dios, forjando su carácter y enfocándose en los objetivos, sin dejarse distraer por los caminos confusos que se les presentan su andar deportivo.