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Los padres que nos formaron

¡Hola! Ante todo, Feliz Día del Padre para aquellos que estén leyendo esta nota y sean padres, ya sea físicamente, como espiritualmente. Es por esto que quiero desear un muy feliz día a los pastores o ministros que estén ocupando algún lugar ministerial en sus respectivas iglesias, porque sé que pueden ser la figura paterna de todas aquellas personas a las que tienen a cargo. 

¿Cómo fueron aquellas primeras personas que se encargaron de difundir y hacer permanecer el evangelio que Jesús había predicado? 

Pocos conocidos, quizás, por la mayoría de los cristianos, los llamados “Padres de la Iglesia” fueron los que conformaron, predicaron primero, y luego, conformaron todo un conjunto de enseñanzas y filosofías sin las cuáles el cristianismo tendría grandes vacíos doctrinales.

Sus escritos y pensamientos, son estudiados hasta el día de hoy, por las distintas denominaciones del cristianismo y aún por los estudiosos de filosofía y otras religiones. 

Es así, que el título de “Padres de la Iglesia”, se lo tienen merecido tanto por sus aportes, como por su ejemplo, aunque probablemente, nunca hayamos escuchado sobre ellos. 

Apóstoles: seguidores, pastores y difusores de Jesús

Luego de la muerte y resurrección de Jesús, quedaron 12 hombres establecidos, quiénes fueron los apóstoles. Luego del libro de Juan y de Hechos, son algunos de estos hombres quienes mediante las cartas que enviaban a sus hermanos o discípulos de sus congregaciones, permitieron aclarar y profundizar la doctrina cristiana. Es por esto que forman parte del canon o libros establecidos como bíblicos, pertenecientes al Nuevo Testamento. 

Aparte de sus aportes doctrinales, parte fundamental si tenemos en cuenta que la Biblia es nuestro libro sagrado y de base, también es valorable su actitud de defensa de la fe. No sólo se trata de una cuestión apologética -parte de la teología que se encarga de la defensa de la fe-, sino también su valor pastoral, al estar encargados de distintas localidades donde se encontraban los primeros cristianos, pero también su valor ante la muerte. 

Excepto Juan, todos los apóstoles sufrieron muertes por demás dolorosas, en manos del pagano Imperio Romano. También cárceles, castigos corporales y económicos por no renegar de su fe, cosa que dio fruto recién en 300 d. C. -aproximadamente- cuando se permite la tolerancia religiosa. Tiempo después, el cristianismo será la religión oficial del estado.

Es aquí cuando, según la mayoría de historiadores y teólogos, termina la etapa de los Padres Apostólicos -aquellos que suplieron el papel de difusor del evangelio cuando Jesús fue crucificado- y comenzó la etapa de los Padres Apologistas.

Los defensores de la fe: con la pluma, la palabra y con la vida

Estos fueron, en su mayoría, escritores que se propusieron defender la fe cristiana, frente a los ataques paganos. Según a la denominación a la que pertenezcamos, podremos estar de acuerdo, con uno o con algunos de ellos quizás.

 Luego de la muerte de los apóstoles, estos escritores no se consideran como “doctrinales”, es decir, la lectura de sus escritos no son parte de la Biblia. No obstante, abrieron intensos debates, que permitieron descubrir que la Biblia es un mundo infinito, donde es importante escuchar a la otra persona, aunque tenga una opinión distinta a la nuestra.

Estos Padres se diferencian en la zona donde se originaron o donde tuvieron más influencia. Entonces se dividen en Latinos, que influenciaron a la zona de Europa Occidental, con Italia a la cabeza; y los Padres Griegos, escritores en el mismo idioma y que influenciaron a la zona este de Europa y Bizancio.

A pesar de no ser apóstoles, es decir, aquellos que convivieron y vieron la resurrección de Jesús, estos apologistas también sufrieron en carne propia los maltratos, persecuciones y vejaciones por parte del Imperio Romano. Unos pocos tuvieron la suerte -o bendición- de escapar de esa etapa de tanto sufrimiento para los cristianos. No obstante, sus escritos, estudiados a lo largo de los siglos, son fruto de esa persecución y de ese cuidado por no apartarse de la doctrina que habían predicado los primeros seguidores de Jesucristo. 

Es mi intención nombrar algunos, para que no pasen desapercibidos: 

  • Por la zona Latina:
    • Agustín de Hipona
    • Jerónimo de Estridón
    • Gregorio Magno
    • Ambrosio de Milán
  • Por la zona Griega:
    • Atanasio de Alejandría
    • Basilio el Grande
    • Juan Crisóstomo
    • Gregorio Nacianceno

Estos nombres pueden parecer lejanos, debido a que se trata de personas que vivieron entre el siglo primero y cuarto. Ahora bien, por dar un ejemplo, Agustín de Hipona fue uno de los principales defensores de la relación del hombre con Dios, a través de la Gracia. Siglos después, Lutero al pertenecer a la orden monástica de los agustinos, al leer a Agustín se inspiró en la llamada Doctrina de la Gracia, que luego produjo la reforma protestante. 

La palabra “hijitos” aparece reiteradas veces en el Nuevo Testamento. Hasta el apóstol Pablo dijo que “sufría como si fueran labores de parto” (Gal. 4:19), lo que demuestra que los que están frente al liderazgo en las iglesias, también son padres, tanto por su entrega, ejemplo y dedicación que tienen hacia nosotros. Es por esto que hoy quería también homenajearlos y desearles las mayores bendiciones. Gracias a ellos, “padres espirituales” presentes y pasados, la iglesia hoy puede ser luz en el medio de este mundo

Guido Márquez
Guido Márquez
Soy de Mendoza, Argentina. Profesor de Historia y casi Licenciado en Turismo. Espero que en mis notas no encuentres respuestas, sino preguntas. Que puedas mirar al pasado para enriquecerte, no para aburrirte.

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