El tribunal superior estadounidense favoreció, por primera vez durante la pandemia, a los templos que se opusieron a las nuevas medidas sanitarias.
A partir de hoy se permitirá a las iglesias mantener sus puertas abiertas, pero se trabajará en crear un protocolo defenitivo para las actividades congregacionales. Aunque aumentaron los contagios por coronavirus, la Justicia prohibió las restricciones que limitan a las comunidades cristianas a celebrar el servicio de adoración y la asistencia social.
La medida significó un cambio importante para la Corte ya que, a principio de este año, la jueza Ruth Bader Ginsburg ordenó limitar el número de personas que podían reunirse en los templos. Pero la reciente ordenanza podría favorecer a que, tanto en New York como en otros estados, se revean las restricciones y se establezca la concurrencia con protocolos, pese a que se trate de localidades que registran contagios en alza.
Los miembros de la Corte aclararon que actuaron de emergencia y que la resolución es provisoria, por lo que se trabajara en consultar a expertos en materia de salud pública para establecer las normativas necesarias para reactivar las iglesias.
Acerca del fallo, el experto en libertad religiosa, John Inazu, publicó en Twitter que “creo que la resolución de la Corte es correcta y hace algunas observaciones importantes, incluyendo que estas órdenes causan un daño irreparable porque involucran restricciones de las libertades de las cuales nos protege la Primera Enmienda, y que el culto virtual no es una alternativa constitucionalmente suficiente para ningún estado».
Last night, SCOTUS issued injunctive relief to houses of worship challenging NYC’s COVID-19 restrictions, the first time it has granted such relief during the pandemic. I have mixed views about the decision and early reactions to it.
— John Inazu (@JohnInazu) November 26, 2020
La comunidad cristiana reclamó que en las zonas rojas de contagio las iglesias no pueden admitir a más de diez personas, mientras que los negocios considerados “esenciales”, que van desde supermercados a tiendas de mascotas, pueden permanecer abiertos sin límites de capacidad alguna.
Aunque algunos celebran este fallo como una victoria, todavía se están presentando demandas ante la Justicia para que las congregaciones sean considerado de manera definitiva como un servicio esencial. No solo por brindar contención espiritual y emocional, sino por toda la ayuda social que se brinda a las personas en situación de calle y vulnerabilidad económica, que se incrementaron por la crisis del coronavirus.