¡Amor… ven, tenemos que hablar! Cuando oímos esa frase de nuestra pareja nos ponemos helados, y más ¡si sabemos que es momento de hablar de dinero!

Lo primero que les recomiendo es: no se pongan a hablar de decisiones financieras en cualquier momento, así porque sí, o luego de una pifiada grande o porque usted tomó el resumen del banco y lo lee cual juez que dicta la sentencia al acusado.

Busquen un momento propicio para tocar el tema, no AHORA. En cambio decir: “Amor, mañana nos podemos sentar a la tarde con mates de por medio y vemos cómo nos podríamos manejar este mes”. Eso suena mejor y trae mayores resultados que: “Amor, tenemos que hablar”.

Como en un partido

Antes que comience: Lo ideal es que tomen esos mates lo más distendidos posible, elijan un tiempo propicio sin los niños tirándoles los juguetes por la cabeza. Puede ser por la mañana, antes que el día los agote.

¿Por qué a principio de mes? La mayoría de las personas, empleadas o con clientes, suele disponer del mayor ingreso al principio del mes. Así que antes de empezar a gastarlo ustedes deben decidir direccionar a dónde irá cada peso, sí, cada peso y no solo los billetes de $1000 o $500, también los de $100 y de $50. 

Entretiempo: A mitad de mes (como el técnico a mitad del partido) reúnanse como equipo y vayan viendo si ese presupuesto que armaron lo van cumpliendo o hay que hacer algún cambio. ¡Si van mal a mitad de mes tomen decisiones! 

Final del partido: Se reúnen con los resúmenes de todo lo sucedido y evalúan. Luego del partido no se critica al compañero, no se lo acusa, somos un equipo, así que nada de dar sermones, discutir, y ninguno intenta dar “explicaciones” de los errores. Dialoguen profundo, no debatan que eso solo desgasta. 

El diálogo es “para ponerse de acuerdo”, no para traer errores del pasado, ni meter parientes en el medio del asunto, ni arrojar indirectas, es solo una charla técnica sobre decisiones financieras.

Sin pleito, que estamos por arrancar otro partido, otro mes. ¡Y el próximo mes esto debe mejorar!, grita la hinchada. En época de guerra cada suministro es esencial, de vida o muerte, y como viven muchos hogares, hoy no estamos para errarle y gastar “provisiones” que mañana podemos no contar. 

La extrema dificultad que aqueja a muchas parejas me ha hecho hablarles con estos términos. Sobre una guerra sin balas, sin enemigos externos que nos atacan, donde nuestro mayor adversario podemos volvernos nosotros mismos, al no cuidar nuestro aprovisionamiento. Con un presupuesto mensual, control de gastos y decisiones calculadas no cumplidas por la emoción.  

Ante un gasto o compra debemos preguntarnos: ¿Qué sucedería si lo hacemos? Y ahí no solo debemos hablar/fantasear/delirar sobre lo lindo del viaje que haremos o el cambio del auto, las experiencias, las emociones que viviremos lindas. Miremos la realidad y lo fáctico que nos tocará enfrentar también: achicar otros gastos, renunciar a alguna salida familiar, los hijos no pedir nada por un tiempo, etc. 

Y de paso preguntarnos: ¿Qué pasa si no lo hacemos? Si la respuesta es “Nada”, significa que ustedes estaban por hacer un derroche y no un gasto prioritario. No juegue con: “Amor, tengamos fe que Dios proveerá”. El mismo Dios ya lo proveyó de inteligencia y por algo están planificando. Y si no les dan los números, Él no es deudor de nadie, dice la Palabra, y esto es en todo sentido, no le haga pagar a Dios algo que Él no tomó. 

Un gasto siempre debe estar alineado a la meta que tenemos como familia. Si es tiempo de cambiar o arreglar el auto, no podemos gastar dinero en pintura para la casa. ¡Simple! 

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Algunos consejos 

Si no pueden ponerse de acuerdo no avancen, no se pasen por arriba, no se imponga el más fuerte y deje al otro al costado, detengan la marcha. Deben avanzar los dos juntos en equipo, en pareja.

Negocie como haría con un amigo, usted no va a decirle a su amigo lo que van a hacer. Buscaría la manera de conciliar, escuchar, ceder, consensuar. Y si a su amigo no le cierra, por temor a perder esa amistad usted creo que no avanzaría, ¿no? Con su pareja menos que menos, si se dañan ya perdieron más que dinero.

Para negociar, no charlen sobre la hora de tomar una decisión.

No pueden hablar hoy por que mañana hay que decidir. Tomen tiempo para no estar urgidos, las cosas apuradas salen… (mal/caras).

Si el otro se quedó en silencio, chequee que lo esté avalando, y no guardando bronca o fastidio. Ambos tienen que quedar satisfechos o por lo menos autorizar al otro a avanzar con su idea.

En muchas decisiones van a tener que llevar la situación a un tercero, un asesor o especialista. Cuando no hay manera de encontrar la salida tal vez un profesional de afuera ve el panorama más claro y pueda intermediar.

Dios bendice el acuerdo, la unidad, con recursos, oportunidades. Estamos por salir a jugar el partido, así que organicemos el equipo que ¡el Señor nos dará un gran triunfo!

Nicolás Russo
Parte de una corporación de prestigio mundial de casi 150 años de historia y miembro de MDRT (Million Dollar Round Table) asociación que nuclea a los más destacados asesores de finanzas a nivel mundial. Brinda conferencias nacionales e internacionales, teniendo el privilegio de compartir un mensaje de aliento y desafío desde Ushuaia hasta Canadá.