Ubicada en Persia, actual Irán, la ciudad de Susa es nombrada varias veces en los textos bíblicos.

Sin embargo, esta ciudad está más relacionada a la vida del profeta Daniel. Situada en una zona árida, con poca agua, llegó a ser una de las más importantes de la antigüedad, junto con otras también citadas en la Biblia, como Babilonia, Ur o la misma Jerusalén.

En la actualidad, son innegables las ruinas que dejaron los grandes imperios en esta zona. La ciudad pertenece a un país que no tiene buena reputación, por lo que lamentablemente no tiene una llegada masiva de turistas, además de que pertenece a un país de profundas creencias islámicas, como lo es Irán.

No obstante, es una zona que espera ansiosa la llegada de turistas para conocer la infinidad de palacios, templos, zigurats, aldeas y poblaciones, algunas de ellas ruinas, pero no por eso menos atrayentes. Según la tradición islámica, actualmente en Susa se encuentra la tumba del profeta Daniel -entre otras 4 o 6 más que existen en otros lugares-, venerada y respetada tanto por judíos, musulmanes como cristianos de la zona. 

Una ciudad babilónica, persa, elamita

Susa fue fundada en el principio de los tiempos, cerca del año 4000 a.C., perteneciendo a la civilización elamita, una de las más antiguas de la zona y del mundo. Pero, no tuvo el prestigio ni los palacios que hoy se encuentran en ruinas, sino hasta mucho tiempo después. 

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Palacio de Darío

En el año 647 a.C. fue conquistada por los babilónicos, quienes la destruyeron hasta el ras del suelo: prendieron fuego a sus templos y palacios, talaron los bosques cercanos y echaron sal sobre la tierra. La idea era hacerla desaparecer del mundo. Luego, Darío I, rey persa, eligió a Susa como la capital administrativa, en la cual mandó a construir un fastuoso palacio (“Mesopotamia” de Michael Roaf, Ed. Folio, pág. 210). El grande, Alejandro Magno, conquistó luego la ciudad, terminando con la época persa. 

Susa a través de la Biblia

Esta ciudad ha sido nombrada a lo largo de varios libros bíblicos. Allí, Daniel recibió una de las más importantes revelaciones:

“Cuando miré en la visión, sucedió que, al mirar, yo me encontraba en la ciudadela de Susa, que está en la provincia de Elam, y vi en la visión que yo estaba junto al río Ulai”, Daniel 8:2.

A las orillas de este río, Daniel recibió la visión profética de los cuernos. Evidentemente, el profeta vivió en diversos lugares, cercano a los reyes, ya sean babilónicos o persas, según donde estuviera ubicada la corte real. Otra ciudad importante en la vida de este personaje bíblico es Persépolis. Es importante recordar que primero estuvo el imperio babilónico y luego el medo-persa.

Darío, el rey persa, fue el liberador de los pueblos oprimidos bajo el yugo babilónico. Entre ellos, los judíos traídos en exilio forzado por Nabucodonosor. A Daniel le tocó vivir cuatro reinados, los primeros babilónicos y, por último, persas.

Ester y Nehemías también vivirían cosas importantes en esa ciudad. Lo que les tocó vivir fue durante los gobiernos medo-persas, el último imperio importante de Medio Oriente, antes de que Alejandro Magno conquistara todo ese territorio.

“Entonces Mardoqueo salió de la presencia del rey en vestiduras reales de azul y blanco, con una gran corona de oro y un manto de lino fino y púrpura; y la ciudad de Susa dio vivas y se regocijó”, Ester 8:15.

“Palabras de Nehemías, hijo de Hacalías. Aconteció que en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en la fortaleza de Susa…”, Nehemías 1:1.

Así, podemos ver que los persas ayudaron a los judíos. En el libro de Ester los liberaron de una matanza, y en Nehemías les permitieron regresar a Jerusalén para reconstruir el templo. 

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Supuesta tumba del profeta Daniel en Susa.

La supuesta tumba de Daniel en Susa

No hay un registro cien por ciento exacto que determine dónde se encuentra la tumba del profeta. Según la fuente, la enciclopedia que se revise o la agencia de viaje que se consulte, hay por lo menos seis lugares que dicen contener la tumba de este personaje bíblico. Los lugares que hacen referencia se ubican en el Medio Oriente: el actual Irak, Uzbekistán o el Kurdistán. Lo más seguro es que esté en la ciudad de Susa.

Contrario a lo que pensarían los cristianos, este lugar es atractivo para los musulmanes. Es más, constituye en un lugar de peregrinación. Se toma en cuenta junto con otras ciudades consideradas sagradas.

Sea lo que sea, se encuentre donde se encuentre el mausoleo, es necesario recordar aquella ciudad que una vez tuvo líderes que permitieron traer libertad al pueblo elegido por Dios.