Hace diez años, un grupo de adultos mayores en Prescott, Arizona, comenzó a orar fervientemente por un mover de Dios entre los jóvenes locales. Lo que inició como una intercesión silenciosa hoy se ha convertido en una transformación visible: entre 200 y 250 estudiantes se reúnen semanalmente en Jóvenes Vivos en la Escuela Secundaria de Prescott, un ministerio estudiantil que impacta vidas con el Evangelio.
El inicio de un mover de Dios en Prescott
Steve y Candace Reid, pastores asociados en Prescott Life Church, han sido claves en este crecimiento espiritual entre los estudiantes. Ellos llegaron a Prescott en 2001 y, tras una experiencia personal con su hijo adolescente, entendieron la necesidad urgente de un ministerio cristiano en las escuelas. Con oración, junto a otros jóvenes y padres, reactivaron el club Jóvenes Vivos, que rápidamente comenzó a crecer.
“Me daba miedo que algo saliera mal, pero sentí al Espíritu Santo empujándome a hacerlo igual”, recuerda Candace sobre los primeros pasos del ministerio.
El club inició con un simple desayuno de bagels y café, pero pronto se transformó en un espacio donde los jóvenes encuentran comunidad, fe y propósito. Ni la pandemia detuvo su avance: los estudiantes permanecieron firmes en oración y compromiso.
Jóvenes Vivos: un ministerio que fortalece la fe estudiantil
Hoy, Jóvenes Vivos en Prescott ofrece reuniones semanales con devocionales dirigidos por los propios estudiantes, almuerzos compartidos y un fuerte énfasis en la oración. Quince líderes estudiantiles ya han sido formados, y algunos participaron en conferencias nacionales de las Asambleas de Dios.
Eden Carmen, futura presidenta del club, comparte:
“Jóvenes Vivos me ha cambiado la vida. Me inspira, me da esperanza y me enseña a compartir el Evangelio mientras hago amigos que también quieren vivir para Jesús”.
Los jóvenes también participan en actividades como Nos vemos en el Polo, servicios comunitarios y eventos evangelísticos como Ignite, un encuentro anual con música de adoración y predicación. Además, han asumido la meta de distribuir 200 Biblias entre sus compañeros, confiando en que la Palabra de Dios seguirá transformando vidas.
El poder de la oración intergeneracional
Uno de los aspectos más inspiradores es cómo los estudiantes se encontraron con aquellos adultos mayores que habían estado orando por ellos durante años. Aunque algunos ya partieron con el Señor, otros siguen intercediendo y apoyando el ministerio.
“Es el favor de Dios. Nada de esto habría sucedido sin la gracia y la misericordia del Señor”, asegura Steve Reid.
Incluso familias que no asisten a una iglesia permiten que sus hijos participen en lo que llaman “la iglesia en la escuela”. Para muchos adolescentes, el “día de pizza ungida” y las reuniones semanales son el único espacio donde reciben el mensaje de Jesús y experimentan comunidad cristiana.
Un legado que sigue creciendo
El impacto de Jóvenes Vivos en Prescott se ha multiplicado: nuevos grupos se han formado en Bradshaw Mountain High School y en Chino Valley High School, además de un club en la secundaria de Chino Valley.
La historia de Steve y Candace con este ministerio comenzó con la preocupación por su hijo Micah, pero terminó siendo la puerta para un mover de fe en Prescott. Hoy, su hijo sirve en el ministerio tras graduarse en la Universidad Southeastern, testimonio vivo de cómo la oración cambia destinos.
La visión de Jóvenes Vivos es clara: levantar una generación que ame a Jesús y se convierta en luz dentro de sus escuelas. Y todo comenzó con un grupo de adultos mayores que nunca dejaron de creer en el poder de la oración.