Las congregaciones cercanas ofrecen refrigerios y atención espiritual a los socorristas, además de acompañar a los allegados de los fallecidos y damnificados.
El número de víctimas fatales por el derrumbe parcial del condominio en la ciudad de Surfside, vecina a Miami, Florida, aumentó a nueve tras el hallazgo de cuatro cuerpos sin vida. Así lo informaron ayer las autoridades de esa ciudad estadounidense, mientras que continúan desaparecidas más de 150 personas, entre ellas, nueve argentinos.
Cuando en las noticias comenzaron a transmitirse las imágenes del derrumbe con su lado caído y montones de concreto debajo, las iglesias locales respondieron de la mejor manera que sabían: se presentaron para ofrecer apoyo a los socorristas y a las familias angustiadas y se reunieron a orar por milagros mientras los esfuerzos de rescate avanzaban día a día.
La iglesia más cercana está al otro lado de la calle, una congregación de habla hispana llamada Casa. El ministerio ofreció su edificio a las fuerzas encargadas del rescate y rápidamente envió llamadas para que los miembros trajeran algunos refrigerios y bebidas. Los voluntarios se acercaron para entregar alimentos y palabras de aliento.
El ministerio Capilla del Calvario obtuvo el permiso para ministrar en una carpa emergente junto al edificio derrumbado. Ellos “cubrieron la escena en oración” y, a medida que pasaron los días sin que se descubra a más residentes desaparecidos, el enfoque de sus oraciones pasó de los exitosos esfuerzos de rescate al apoyo de familiares por el probable número de muertos.
JP Funk, pastor de la congregación explicó a Christian Post “oramos para que las familias recuperen rápidamente los restos de sus seres queridos, ya que esto causa una gran angustia una vez que es más probable que hayan fallecido”.
En los casos en los que la pérdida llega de manera tan repentina e inesperada la gente plantea preguntas sobre cómo Dios pudo permitir que ocurrieran tales muertes. “Hay dos cosas que son las más verdaderas en cada tragedia humana: Dios es bueno y Dios es misericordioso”, afirmó Funk.
Equipos de fuera de la ciudad, incluidos capellanes enviados a través de la Asociación Evangelística Billy Graham y un grupo de 40 personas a través de Juventud con una Misión (JUCUM), se acercaron a Miami para brindar atención espiritual adicional.