El 2020 fue, sin duda, el año que marcó un antes y después en la forma de vida de las personas a nivel mundial. Y por lo que hemos transitado de este año 2021, el panorama se observa similar.
La llegada de una pandemia global, con todo lo que ya sabemos: el cambio en las rutinas, en las relaciones y en la forma de trabajar, marcó el inicio de un nuevo tiempo.
Naturalmente, aspectos centrales de nuestras rutinas de vida cambiaron, y tuvimos que adaptarnos a este nuevo escenario. Para algunas personas este proceso fue más sencillo que para otros. Pero todos tuvimos que aprender a superar los obstáculos de este tiempo, nunca antes vivido y con tintes totalmente desconocidos, que nos forzó a desafiar nuestros propios límites.
Durante este periodo algunas personas presentaron trastornos de ansiedad, depresión, angustia, desesperanza, temores e incluso nuevas expresiones de fobias, entre otros trastornos derivados de la situación de cuarentena.
Tiempos de transformación
La pandemia tuvo un efecto grande en nuestras vidas. Nos enfrentó a desafíos que pueden ser estresantes y provocar diversas emociones negativas tanto en los adultos como en los niños. Tal vez los tres principales ejes de conflicto se generan hoy en torno a la convivencia familiar modificada, los desafíos laborales y la situación económica que nos plantea esta nueva realidad.
Aprender a sobrellevar y superar de manera sana el estrés que nos produjo este tiempo nos permitirá que podamos desarrollar mayor resiliencia, la cual es la capacidad para enfrentar y superar los momentos críticos de nuestra vida.
El estrés puede provocar sentimientos como preocupación, angustia, frustración, miedo, cambios de humor, cambios de apetito, trastornos del sueño, así como también algunas reacciones físicas como dolor de cabeza, aumento o disminución repentina de peso, o dolores corporales.
«la mayoría de los trastornos que enunciamos como provocados por la cuarentena son claramente similares a los síntomas producidos por el estrés».
María Paula Zuccherino, psicóloga clínica
Esta observación nos conduce a pensar que no deberíamos entonces enfocarnos tanto en la “circunstancia” de la pandemia (seguramente sobrevendrán otros flagelos similares), sino más bien continuar poniendo el acento en cómo enfrentar las consecuencias del crecimiento patológico del estrés.
Quiero dejarte algunos tips para poder sobrellevar el estrés y no quedar en el intento:
- Es importante que estemos informados, pero no es bueno que estemos escuchando o leyendo noticias sobre la pandemia de forma constante, ya que esto puede ser angustiante.
- Es fundamental que podamos cuidar nuestro cuerpo, intentar dormir adecuadamente, comer saludable, hacer ejercicio, no dejar de hacer nuestros chequeos médicos, etc.
- Comunicarse con otras personas y estar en relación constante es un punto trascendente para poder afrontar este tiempo.
Si estás teniendo problemas para sobrellevar el estrés, puede ser que estés necesitando ayuda profesional.
Pero adicionalmente es vital comprender algunas verdades relacionadas con una correcta manera de pensar y de controlar nuestras emociones, fundamentalmente en estos días de prueba:
- La actitud mental negativa exacerba la angustia, la depresión y los temores infundados. Sin vueltas. De modo que la mayor recomendación psicológica es una actitud positiva permanente de fe, de gratitud y de cercanía a Dios.
- La actitud mental inflexible genera resistencia a las soluciones y nos encalla en los problemas. Sin vueltas. De modo que te recomendamos que seas flexible al cambio. Que aprendas a adaptarte a nuevos escenarios con mayor facilidad. Y que aprendas a ver oportunidades en medio de desafíos.
- Quejarnos y estancarnos son nuestras decisiones. Pero también podemos elegir avanzar, estudiar, mejorar nuestro estado físico, aprender, mejorar nuestras relaciones interpersonales, aun en medio de las dificultades imperantes mencionadas.
Recordalo. Somos los que decidimos. Y si decidimos que no nos mate, entonces hasta puede que nos haga más fuertes.
La Biblia no deja de recomendarnos TODO lo que nos hace bien; “estén siempre alegres; den gracias por todo; oren sin cesar”.