A lo largo de los años, los hallazgos arqueológicos sorprenden a los científicos al demostrar que muchos de los relatos bíblicos realmente formaron parte de la historia del mundo. Mientras la tecnología avanza, también lo hacen las evidencias que arrojan luz sobre lo que leemos en las Escrituras.
Este es el caso del descubrimiento de 1896 en Tebas, Egipto, por Sir Flinders Petrie, de la Estela de Merneptah, también llamada Estela de la victoria o Estela de Israel. Es una losa de granito gris, erigida por el rey Amenhotep III e inscrita más tarde, en el reverso, por el rey Merneptah para conmemorar su victoriosa campaña militar en tierras de Canaán hacia 1210 a.C. Su altura es de aproximadamente 318 cms y un ancho de 163 cms, y el material es granito negro.
La estela es una lápida que tiene siempre una función conmemorativa: una muerte, un hito político-geográfico, o un triunfo. Las hay muy famosas, como el código de Hamurabi, la Piedra Rosetta, o la Estela de Israel.
La Estela de Israel, o de Merempath, hace referencia a hechos acaecidos seis años después de la muerte de Ramsés II, cuando su sucesor emprendió campañas bélicas contra los pueblos vecinos, bien sean los libios o los cananeos. Estas campañas estaban destinadas en último término a enseñar a los sacerdotes de Amón quién tenía el poder.
Después de varios análisis, la comunidad científica acordó que efectivamente la inscripción se refería a “Israel”. Esta es la mención más antigua del nombre Israel encontrada fuera de la Biblia. La inscripción de Merenptah data de alrededor del 1210 a.C. Esta describe quiénes lucharon Merenptah y su ejército en Canaán.
La traducción dice: «Canaán es saqueada, Ascalón es conquistada, Guézer es tomada, Yanoam deja de existir, Israel está devastada». Ascalón, Guézer y Yanoam están seguidos por el símbolo de ciudad-estado. Estas tres ciudades-estado estaban gobernadas por reyes. No se muestra ningún símbolo de ciudad-estado para el nombre Israel, en su lugar se muestra el símbolo de un pueblo extranjero. Esto significa que en el 1210 a.C. Israel es descrito como un pueblo que aún no se ha formado en una nación y, por lo tanto, no tiene rey.
La Biblia como evidencia del hallazgo
Si vamos a las escrituras, según la cronología bíblica, la fecha 1210 a.C. cae en el período de los jueces.
En libro de Jueces esta frase repetida: “En aquella época no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía mejor.» Jueces 21:25.
Este es otro ejemplo más de cómo los detalles de la Biblia son verificados a través de los detalles de una inscripción desenterrada por la arqueología.