Si elegimos hablar de la historia de la iglesia contemporánea desde los últimos cincuenta años hasta nuestros días, sería ineludible un encuentro con Tozer.
Mayormente conocido sólo por sus iniciales, Aiden Wilson Tozer es considerado aún como uno de los más importantes referentes dentro del cristianismo actual. Una etiqueta que sin duda repudiaría por completo; mostrando su total rechazo a cualquier tipo de reflector que apuntara hacia su persona, y no hacia la mera persona de Dios.
“La vida crucificada es una vida bendita, pero solitaria, que ningún hombre puede vivir en lugar de otro.”
Su particular forma de predicación teñía cada una de sus apariciones públicas, y asimismo sus escritos. No había incongruencias entre el Tozer que daba conferencias y recibía galardones académicos, ni tampoco el Tozer parado detrás de un modesto púlpito enseñando en una pequeña iglesia local. «Intenso – La vida crucificada: El camino hacia una experiencia profunda» recopila una variedad de mensajes emitidos a lo largo de su último tramo. Una compilación llevada a cabo por el reverendo James L Snyder, figura que participó en más de una ocasión dentro de las obras póstumas de Tozer.
“La salud de la iglesia se encuentra en proporción directa a la salud individual de cada cristiano.”
¿Qué es la vida crucificada?
Para empezar -diría Tozer sin evadir el problema- se trata de una contradicción. ¿Cómo algo que está crucificado puede a su vez estar vivo y como algo que está vivo puede a su vez permanecer crucificado? Hablamos de una entrega absoluta, humildad absoluta, y una obediencia absoluta. Algo que el reverendo Snyder describe en la introducción como una existencia “irreconciliablemente incompatible con el mundo.” Este concepto no nace del intelecto humano, sino que remonta a algo todavía trascendental. Una inspiración divina, encarnada de forma tangible en los apóstoles, y sobre todo revelada en las cartas del apóstol Pablo.
“Vivir la vida crucificada no es un viaje para que nuestro corazón desmaye. El viaje es duro y está repleto de peligros y dificultades, y no se termina hasta que veamos a Cristo. Sin embargo, aunque el viaje pueda ser difícil, el resultado de ver a Cristo cara a cara lo vale todo.”
Basándose en el pasaje de Marcos 4:20, Tozer distingue a los cristianos del treinta por uno como aquellos que “ […] están tan felices de no ser lo que eran que no pueden ver lo que Dios quiere que lleguen a ser.” Las dos razones principales por las que este tipo de creyentes no muestra necesidad de elevar su condición son la enseñanza diluida de la Palabra y el costo de lo que implica vivir una vida de mayor calidad. Porque la gratuidad de la Gracia significó la abolición de los sacrificios dentro del templo, pero a su vez expuso las radicales consecuencias de un ser en entrega total de sí mismo.
“Hay algo más en la vida cristiana que solamente ser salvo del pasado y de los pecados cometidos. Hay algo más en la vida cristiana que pasar un tiempo agradable en el camino al cielo.”
¿Hemos de descubrir las profundidades del corazón del Padre simplemente dedicándole los restos andrajosos de nuestro tiempo? Pretensiones de este tipo exhiben la condición real de nuestra amada iglesia contemporánea y los creyentes que la conforman. En tal situación, necesitamos una medicina fuerte que fluya desde lo más recóndito y llegue al interior, atacando la raíz del problema. Tan solo así, sin atajos o alternativas que busquen acortar camino, ha de amanecer el verdadero sacerdocio entre los creyentes. Una vida intensa, significativa, trascendental y eterna. El disfrute absoluto de todas las promesas. Tal existencia no encuentra desperdicio.
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Título: Intenso
Autor: A.W. Tozer
Año: 2015
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Título: Intenso
Autor: A.W. Tozer
Año: 2015