Dina Rezinovsky, miembro de la Cámara de Diputados de Argentina, nos cuenta su camino hasta llegar donde está hoy en día. Además, su experiencia como cristiana y mujer con un cargo en la política, sus próximos proyectos e ideas.
Dina es una persona muy alegre, cercana y transparente. Su blusa de flores, sus anteojos, sus rulos y su sonrisa son algunas de las cosas que la caracterizan. Desde 2019 ocupa una banca como diputada de la Nación, con tres años por delante en ese cargo.
LC: ¿Siempre le interesó la política?
DR: El antecedente más lejano creo que fue a los 8 años. Con mi hermano jugábamos a dos cosas: al medio de comunicación, en el que yo era la periodista y mi hermano era el camarógrafo, y después jugábamos al político. Porque imagínate que yo me crie en los noventa, en La Rioja, el presidente era Menem en ese entonces, y todo el mundo hablaba del presidente. En la adolescencia participé de un par de foros de adolescentes y jóvenes que trabajaban en lo social.
Nosotros, desde la iglesia, con mi papá trabajamos en la cárcel de la provincia, en barrios muy vulnerables de la ciudad donde teníamos las obras misioneras, entonces era algo que yo lo veía todo el tiempo.
Dina Rezinovsky, Diputada Nacional por CABA.
Entré en la política partidaria recién de grande, porque estando allá en La Rioja (vivió allá hasta los 20 años) no me atraía ningún partido político de los que yo conocía ahí, no me representaban. Empecé a comprometerme más fuertemente en el 2012, o sea hace ocho años, que entré a trabajar en el gobierno de la ciudad y me involucré en la juventud del PRO.
LC: ¿Cómo empezó su viaje en la política?
DR: Por la gracia de Dios, fueron puertas que se fueron abriendo. Yo estaba estudiando periodismo en la Universidad de Palermo y en una clase de Ciencia Política un compañero que se sentaba detrás de mí se puso a discutir con el profesor con terminología muy técnica.
El profesor en un momento le dijo: “Tú estudiaste alguna otra carrera” y él le respondió: “Lo sé porque soy funcionario del gobierno de la Ciudad”. En ese momento yo estaba buscando trabajo desde hacía casi un año, así que en el recreo me acerqué a este compañero y le dije: “Mira, yo me reflejo mucho en cómo se maneja el PRO, lo que está haciendo el gobierno de la ciudad y estoy buscando trabajo” y él me recomendó con la que después terminó siendo mi jefa.
Empezar a trabajar en el gobierno de la Ciudad directamente para la vicejefa de gobierno fue muy importante, una puerta gigante que se abrió. Y a los pocos meses de estar trabajando en la vicejefatura, en lo que es la comunicación de gobierno, empecé a trabajar en oratoria de la vicejefa. Así fue cómo, de golpe, estaba en un lugar muy importante que me abrió la puerta y pude empezar a conocer a gente que me fue abriendo el camino. En 2015, cuando ganamos las elecciones nacionales, fui a trabajar al gobierno nacional, en la Subsecretaría de Juventud. Partidariamente, en ese entonces ya era coordinadora nacional de la juventud del PRO, estuve ahí por cuatro años.
Y en el 2018, por estar trabajando por la defensa de la vida y haber formado equipo con los chicos de las juventudes de los tres partidos que forman Juntos por el Cambio, el presidente de la Nación me eligió como candidata para ser diputada nacional. Primero por ser evangélica, y también porque de las opciones que él tenía para ser diputados, yo era la que tenía más historia dentro del partido.
LC: ¿Cómo fue el proceso hasta llegar a donde está ahora?
DR: El 2019 fue el año más largo de mi vida (entre risas). Volví de vacaciones a mediados de febrero y a fin de mes me llamó mi pastor y me dijo: “Mira, existe esta posibilidad de que seas candidata a diputada nacional”. Yo en ese momento podía ser candidata por la ciudad de Buenos Aires por ser nacida acá y por la provincia de La Rioja por tener domicilio allá.
Lo primero que hice fue decirle a un par de personas que yo tengo como pilares de oración, gente de mucha cercanía conmigo, que me acompaña y siempre está pendiente para orar sobre estos temas.
Dina Rezinovsky, Diputada Nacional por CABA.
Y en junio me dijeron que finalmente quedaba como candidata a diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires, que para mí era imposible, ahí es cuando uno comprueba que Dios es el Dios de lo imposible.
El 27 de octubre yo estaba en la casa de mis papás allá en La Rioja, de hecho no me voté. Estaba en la reunión de la iglesia, cuando me empezaron a llegar mensajes diciéndome “Felicitaciones diputada”. Fue lindo, estaba con mis padres, justo estaba por terminar la reunión así que me hicieron pasar al frente y oraron por mí, fue muy emotivo ese día. Y después, bueno, la espera hasta el 4 de diciembre que fue el día en que asumí.
LC: ¿A dónde quiere llegar? ¿Cuáles son sus proyectos de acá en adelante?
DR: Yo, por lo pronto, estoy abocada al cien por ciento en generar proyectos que tengan que ver con la familia, con la defensa de la vida, con los valores, con volver a esto que estamos perdiendo mucho en el país por las ideologías que terminan haciendo que al país le vaya mal.
Yo entendí hace un par de años que no tengo que ponerle un techo a Dios, Él sabe hasta dónde me quiere llevar. Hoy en día el trabajo en el congreso me gusta, y me gustaría seguir un par de mandatos más porque es un buen lugar donde generar cambios, pero si el Señor me quiere llevar a otro lugar yo ahí estoy dispuesta a ir a donde Él me lleve.
LC: ¿Cómo lidias con la postura de algunos cristianos que opinan que está mal involucrarse en la política? ¿Qué opina sobre esto?
DR: En las iglesias históricamente se decía que no podía haber batería porque era del diablo, que no podía haber piano porque era del diablo, que no se podía ser abogado porque el abogado miente. La Biblia es clara, estamos en este mundo, no somos de él pero estamos acá y uno no puede abstraerse y vivir una vida de iglesia solamente.
Entonces, desde ese lugar, los cristianos ocupamos lugares que han cambiado la historia.
Dina Rezinovsky, Diputada Nacional por CABA.
Creo que si nosotros no entendemos que si dejamos lugares vacíos no los va a ocupar gente con nuestros mismo valores, sino que va a venir cada vez más gente ideologizada. Estamos dando lugar a que pasen cosas que no tienen que ver con lo que nosotros creemos.
Es más, yo creo que por el contrario, cada vez tenemos que ser más los cristianos que se animen a estar en política, y no es solo política partidaria. Yo siempre lo digo cada vez que hablo con jóvenes que están interesados en el tema, no es que si te metes en la política es para ser candidato o ser diputado, no, puedes ser asesor de un diputado, de un intendente, de un gobernante, de un funcionario y desde ese lugar hacer tu aporte para que las cosas cambien, ser luz en ese lugar.
LC: ¿Quién la anima o inspira?
DR: Durante toda mi vida hubo distintas personas que fueron impulsando este sentir que yo tenía, pero los que más hicieron por acompañarme, por estar son mi actual pastor, Osvaldo Carnival y el pastor Jorge Sennewald que es mi mentor desde lo político. Hay muchos pastores que entendieron esto de que hay que acompañar a aquellas personas que tienen un llamado en la política, y ellos dos justamente son de los que así lo comprenden.
Y después, obviamente, mi papá, en su rol de papá y de pastor también, que durante veinte años lo fue. Orando por mí, guiándome. En cierta medida tanto él como mi mamá son los culpables de que yo haya salido una persona muy sensible por lo social y por cambiar la realidad del país. Igualmente ellos nunca me hablaron de política, de hecho hasta el día de hoy no sé a quién vota mi papá. Sí me ayudaron a ser una persona que piense libremente y que me involucre en la política.
LC: ¿Qué actitud tienen sus colegas diputados ante sus creencias y estilo de vida?
DR: A mí me toca justo estar en un espacio en donde históricamente se nos dio lugar a los cristianos, porque el PRO fue el primer partido en llevar a la primera diputada nacional evangélica, que fue Cynthia Hotton en el 2007. Y es el único partido que tuvo diputados evangélicos.
Actualmente somos tres, está el diputado Schlereth de Neuquén, diputado Hein de Entre Ríos y estoy yo, y es un partido que nunca me hizo a un lugar por mis creencias o por mi religión. Sé que en otros partidos sí, porque tienen una ideología muy marcada. Lo que tiene el PRO y lo que es Juntos por el Cambio es que es una convergencia de distintas personas que piensan diferente pero que estamos todos juntos en defensa de la república, de las instituciones, de la democracia.
Yo no me sentí para nada de lado en cuanto a mis valores sino, por el contrario, pude sumar un montón de gente para que se involucre
Dina Rezinovsky, Diputada Nacional por CABA.
Fui buscando a todos los cristianos que están en todo el país y que ya formaban parte del partido para ponernos en un mismo grupo y para poder compartir motivos de oración, orar unos por otros y estar pendientes también entre nosotros mismos. Y ahí me asombré con la cantidad de gente que había, en lugares de toma de decisión, intendentes, diputados, presidentes de juventud, por ejemplo.
LC: ¿Cuál es la parte difícil de ser cristiana y trabajar en política?
DR: Es difícil a veces ver cómo avanzan cosas con las cuales yo no estoy de acuerdo, eso sí es difícil. Pero en mi caso, por ejemplo, tengo total libertad para votar como yo quiera. No es que me dicen “Tienes que votar esto sí o sí”. Si hay algo que va en contra de mis valores o de lo que yo creo, se me permite votar distinto.
De hecho la Ley de Teletrabajo yo no la voté porque en uno de sus artículos hablaba sobre la obligatoriedad de sumar un porcentaje de gente travestis, trans, LGTB. Entonces yo no lo voté porque no creo que sea necesario. Uno puede ser sumado porque es idóneo para la tarea, no por la condición sexual que tenga. Siento la total libertad de presentar los proyectos que yo crea necesarios y de votar lo que esté acorde a mis valores.
LC: ¿Qué proyectos presentó o tiene en mente que se relacionen con sus creencias?
DR: Ante todo, mi despacho es un despacho con gente de fe. Son en total ocho chicas, cinco evangélicas y tres que son católicas, que creen en Dios, que son practicantes, que participan en sus iglesias. Y después lo otro, así como yo veo en lo que es la parte de la vereda de enfrente desde lo ideológico, usan mucho lo de la perspectiva de género y en mi caso todos mis proyectos tienen perspectiva de vida.
Lo creé desde ese lugar, creando proyectos que pongan en valor, que cuiden, que protejan, que promuevan la vida. Entonces, hay una línea común en todos ellos: tienen que ver con eso, con el cuidado y el acompañamiento de la familia, la protección de adultos mayores. Que tenga una perspectiva de vida, verlo y decir “Es un proyecto que promueve los valores y la vida”.
LC: ¿Cómo es trabajar en la política siendo mujer?
DR: Creo que quizás años atrás era mucho más difícil, yo por ejemplo veo a mujeres que vienen hace muchos años como Graciela Camaño, Lilita Carrió, Cristina Kirchner. Que son mujeres que terminan siendo muy masculinas, porque tienen que mostrar que son más fuertes, porque vienen de esa parte política que si la mujer no se plantaba, no se ponía como “soy fuerte, no me vas a pasar por encima” era muy difícil hacer política.
Hoy por hoy la mujer tiene más allanado el camino para involucrarse.
Dina Rezinovsky, Diputada Nacional por CABA.
Si bien sigue siendo difícil, porque los temas más importantes los acaparan los hombres: lo que es presupuesto o la presidencia de la cámara son todos hombres. Pero creo que poco a poco, con el trabajo y demostrando capacidad las mujeres podemos seguir tomando lugares para poder seguir creciendo.
LC: ¿Qué beneficios y qué restricciones notaste?
DR: Es un proceso que está en desarrollo. Poco a poco las mujeres vamos demostrando capacidad y que podemos estar en lugares de toma de decisión. Creo que es más voluntad política de seguir dando sus espacios. El actual gobierno nacional, a pesar de que se dice muy feminista, no tiene tantas mujeres en su gabinete.
Los gremios son todos hombres, entonces creo que las mujeres vamos ganando esos lugares, que es difícil a veces pero que es una pelea que se está dando. Hay que seguir apostando porque creo en la equidad, porque no es igualdad es equidad. La igualdad a veces es quitarle a uno para que el otro tenga, la equidad es dentro de lo que queda es poder trabajar en alguna parte. Creo que se puede dar la equidad, trabajar juntos hombres y mujeres de manera equitativa.
LC: ¿Ve algún cambio en este aspecto tras las movidas sobre este tema?
DR: No, creo que hay muchas mujeres que son feministas y usan esas frases de que nos dejan de lado porque somos mujeres solo por el hecho de victimizarse y ganar lugares, pero para mí los lugares por lástima terminan siendo muy pasajeros. Hay que demostrar con capacidad que uno está listo para ese lugar.
Uno no necesita decir “Soy mujer, soy más débil”, porque las mujeres no somos más débiles. De hecho somos más creativas y tenemos más fuerza que los hombres, pero el tema es que somos más sensibles y ahí es donde nos pegan los hombres.
LC: ¿Trabajar en la política cambió su estilo de vida?
DR: En la Biblia lo dice, todo lugar que pisamos nosotros es tierra santa. Nosotros pisamos un lugar y las cosas tienen que cambiar, no puede ser lo mismo. Yo no puedo hacer política en un lugar y portarme mal toda la semana, después ir a la iglesia y ser otra cosa.
Hay que mantener la coherencia entre lo que creemos y lo que hacemos.
Dina Rezinovsky, Diputada Nacional por CABA.
Yo en eso me propuse, a través de los años, nunca dejar de lado mi comunión con Dios y la participación en la vida de iglesia por cosas que tengan que ver con la política.
Me había comprometido, a principio de año, antes de saber de la candidatura, a participar del viaje solidario que hacemos todos los años que se llama Cambia tu Mundo, que iba a ser en La Rioja. Yo me había comprometido con un montón de cosas, y después era justo una semana antes de la elección, de las PASO.
Yo podría haber dicho: “Mira, me salió esto, no puedo ir”, pero aun así yo puse primero a Dios en el viaje solidario. A la gente de acá, de la campaña, les dije: “Perdón, pero me tengo que ir”, prioricé las cosas del Reino. Cuando uno pone primero a Dios, Él se encarga del resto.
LC: ¿Cómo trabajan los políticos evangélicos? ¿Cree que deberían ser más?
DR: Mi llamado es a involucrarme yo, pero también a ser punta de lanza. Abrir camino para los que vienen atrás. Una de las palabras que recibí en el 2016 de Osvaldo Carnival, que en ese momento no era mi pastor porque yo estaba viviendo un poco acá y un poco en La Rioja por mi trabajo , es que él veía que yo estaba abriendo camino para gente que venía atrás.
Y yo creo que es necesario que se involucren cada vez más personas de bien para que la política cambie, porque la política se ha vuelto corrupción, se ha vuelto lejana a los valores de Dios. Así que creo que el lugar que el Señor me dio es para ir abriendo caminos.
Dios me abre los caminos a mí y yo voy abriendo caminos para los que vienen detrás.
Dina Rezinovsky, Diputada Nacional por CABA.
Los cristianos tenemos grupos en los que estamos los que somos del Pro, los del Frente de Todos, radicales, de partidos provinciales que no tienen representantes nacionales, hay de todos, y tenemos un grupo de legisladores también. Cada uno, desde el lugar donde está, hace su aporte para que las cosas cambien y para que se involucren cada vez más.
Estoy trabajando muy bien con hermanos en la fe que están en el Frente de Todos y están en lugares de decisión y trabajamos muy bien juntos. Y de eso se trata, saltar la grieta para poder ayudar a la gente que es lo que realmente se necesita. Como dice la Biblia “En lo fundamental tengamos unidad y en lo secundario libertad”.
LC: ¿Qué proyectos e ideas tiene en cuanto a su trabajo en los próximos años como diputada?
DR: Yo este año presenté ya cerca de cincuenta proyectos, todos con perspectiva de vida, con prevención y promoción del cuidado de la vida y de la familia. Quiero trabajar mucho en el tema, que se mejore la ley de adopción, porque creo que es necesario, hay muchas familias esperando poder tener hijos y hay muchos niños que se terminan transformando en lo que es el ambiente en viejos, chicos que tienen 15, 16 años y están cerca de los 18 años y quedan solos.
Creo que es una deuda que tiene el estado de poder ayudar a agilizar esos trámites. Y también trabajar mucho en la prevención, para que ninguna mujer tenga que llegar a esa terrible decisión de abortar. A mí me quedan tres años de mandato acá, tres años de banca, pero después donde Dios me quiera llevar. Si se da la posibilidad de renovar acá, será acá, si tengo que ir a la Ciudad como legisladora o si me quiere como funcionaria, a donde Él quiera.