Mujeres que desde su pequeño e imperceptible lugar son la luz que ilumina el día a día de quienes están a su alrededor.
Hace unos días, esperando en la fila para ser atendida en un local de ropa (incordios de esta pandemia) una señora que esperaba detrás de mí me preguntó si llovería o no. Dado que el cielo estaba negro, todo indicaba que en pocos minutos se largaría el chaparrón, de modo que le dije que era muy probable que así sucediera. “Uy, qué macana”, me respondió y empezó a contarme el porqué de su inquietud.
Estela cocinaba para un comedor popular que contaba solo con una casilla, sin paredes, por lo que los días de lluvia no podían preparar las comidas. Estaba preocupada porque muchas familias no tendrían alimento si ellos no les daban su ración diaria: “Hay familias enteras pasando hambre”, comentó con tono angustiado.
En ese momento me pregunté si podría yo ser tan cara dura de comprar el buzo que estaba buscando. Todo parecía secundario, superficial al lado de la preocupación de aquella mujer sencilla que estaba velando por un grupo de vecinos, personas que no eran familiares, ni amigos, ni estaban bajo su responsabilidad. Sin embargo, una de las tantas heroínas en la sombra que existen a nuestro alrededor se puso en la brecha. Sí, para ser la respuesta a la oración de tantas familias que necesitan un simple plato de comida este mismo día.
Cuando pensamos en desarrollarnos personalmente aparecen decenas de requerimientos que, al parecer, necesitamos
Lucía Prado, pastora de Iglesia de Centro.
Quizás estudios universitarios, recursos económicos, tecnología, equipo, un espacio físico, ya sea una oficina, o un local o un galpón. Posgrados, maestrías, cursos, nuevas técnicas. ¿Y si lo único que necesitáramos es un corazón encendido, una vocación de servicio, mirar a nuestro prójimo?
Ser luz desde nuestro lugar
Por supuesto, no todas las actividades son de tipo solidario. Puedes ser una abogada, una contadora, una administrativa, una costurera, llevar adelante una verdulería, un almacén o una empresa. Hay muchos oficios y profesiones que nos llevan a una ecuación concreta: clientes- resultados – horarios y otros aspectos más.
No obstante, en cada acto podremos poner al prójimo como objetivo principal de nuestro hacer, o podremos mirarnos a nosotras mismas y satisfacer nuestra propia hambre, y así alimentar nuestra autoestima con el fin de sentirnos valiosas.
Yo soy licenciada en marketing, y toda mi profesión tiene que ver con priorizar al consumidor; en algún punto, al otro. Hoy hay empresas llamadas b-corp que están pensadas desde su fundación para producir beneficios para sus clientes y proveedores (por eso b de beneficios). Están en auge certificaciones como la de comercio justo, pensadas para premiar aquellos negocios que buscan el desarrollo de todos sus stakeholders (proveedores, colaboradores, comunidad donde están emplazados y clientes).
Hoy el mundo ha empezado a cambiar y a entender que no podemos seguir corriendo esta carrera individualista.
Lucía Prado, directora de Marketing en una empresa de cuidado personal.
Debemos empezar a mirarnos como un todo e involucrar esto a todas las actividades de nuestro día a día. Ya no podemos seguir pensando que una cosa es el mundo laboral y otra cosa es el mundo social.
Como aquella señora, Estela, podemos ser heroínas cada día si todo lo que hacemos lo hacemos para el Señor, como Él nos enseña: amando a nuestro prójimo y buscando su bienestar. Quizás nuestras acciones no sean reconocidas o aplaudidas por todos, quedarán en la sombra ante una sociedad que resalta la banalidad y superficialidad por encima de todo.
Sin embargo, podemos pasar de largo por la necesidad de aquellos con quienes interactuamos todos los días o, como aquel buen samaritano o aquella cocinera de un comedor popular, ser la respuesta a sus oraciones de hoy. No tengo duda de que, como heroínas desde la sombra, desde ese pequeño lugar donde nos encontramos, una potente luz puede brillar a través de nosotras. Una luz capaz de iluminar el camino de muchos cuyas oraciones pueden ser respondidas por nuestro accionar.